Juan Manuel Ramos Santamaría
Teniente Coronel de la Guardia Civil
Doctorando del Programa de Doctorado
en Unión Europea de la UNED1
Máster Universitario en Ciencias Militares en Seguridad y Defensa
El terrorismo yihadista como amenaza latente en la Unión Europea: capacidad vs intencionalidad
[1] Correo electrónico: jramos606@alumno.uned.es
El terrorismo yihadista como amenaza latente en la Unión Europea: capacidad vs intencionalidad
Sumario: 1. INTRODUCCIÓN. 2. CAPACIDAD DE ATACAR. 2.1. Atentados en la Unión Europea: letalidad vs modalidad. 2.2. Atentados frustrados vs atentados ejecutados. 2.3. Atentados por países: los hotbeds, las redes yihadistas y la intervención militar contra el Daesh. 3. INTENCIONALIDAD. 3.1. Los datos: detenciones y sospechosos de radicalización. 3.2. El ciclo del odio. 3.3. La radicalización yihadista: caleidoscopio de factores. 3.4. La amenaza exterior: el ISIS-K. 3.5. Análisis de resultados. 4. CONCLUSIONES. 5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
Resumen: En los últimos años, el número de atentados consumados en la Unión Europea atribuidos al Daesh ha disminuido de forma significativa, lejos de la cantidad y letalidad de los años 2016 y 2017. No obstante, la cifra de conspiraciones terroristas frustradas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el número de radicales presentes en determinados países, unido a las actividades terroristas del ISIS-K en Alemania o Francia, así como en aquellos otros países que el grupo considera apostatas – y por tanto enemigos-, tales como Rusia, Irán, o Turquía, permiten inferir que la amenaza yihadista es alta y continua latente.
A raíz del presente estudio, se observa cómo las redes yihadistas promueven la radicalización entre los sectores más vulnerables existentes en las “sociedades paralelas” que florecen dentro de los denominados hotbeds, aprovechando el contacto personal y la cercanía. Se verifica que los doce países de la Unión Europa y el Reino unido donde se han sufrido atentados, presentan, cómo características comunes, además de la presencia de las redes, la existencia de combatientes extranjeros europeos, y/o haber participado militarmente contra el Daesh. En dichos territorios, el ciclo de odio fruto de la dinámica ataque-xenofobia-reclutamiento posibilita la radicalización.
Si se quiere acabar con la amenaza yihadista, hay que trabajar no solo en la neutralización de la capacidad de atentar, sino especialmente, en una forma efectiva de encarar el ideario terrorista que es capaz de radicalizar y seducir a individuos que se unen a la organización y llegan a matar en su nombre.
Abstract: In recent years, the number of completed terrorist attacks on European Union soil has decreased significantly, far from those committed in 2016 and 2017, in terms of quantity and lethality. However, the number of foiled plots by law enforcement agencies, the quantity of radicals presents in certain countries, coupled with terrorist activities under ISIS-K in France or Germany, and in other countries considered apostates by Daesh, and, consequently, enemies, such as Russia, Iran or Turkey, reveal that jihadist threat is both high and latent.
Resulting from the present research, it is observed how jihadist networks boost radicalization among those more vulnerable in “parallel societies”, that flourish within the so called hotbeds, taking advantage of face-to-face contact and closeness. In this way, it is verified that the twelve European Union members and the United Kingdom that have suffered terrorist attacks on their soil, have common characteristics, such as existing jihadist networks, having produced european foreign fighters and/or having participated in the military intervention against Daesh. In those territories, the cycle of hatred that stems from the attack-xenophobia-recruitment dynamic, enables radicalization.
If we want to put an end to the jihadist threat, not only has the capacity of attack to be dealt with, but also find an effective way to cope with the ideology, the one that is able to radicalize and seduce people that end up joining the ranks of the organization, killing in its name.
Palabras clave: Radicalización, factores pull, factores push, hotbeds, redes yihadistas.
Keywords: Radicalization, pull factors, push factors, hotbeds, jihadist networks
ABREVIATURAS
AGNU: Asamblea General Naciones Unidas
BBC: British Broadcasting Corporation
CC: Cuestión Central
EUROPOL: European Union Agency for Law Enforcement Cooperation
IAEM: Instituto de Altos Estudios Militares
IRU: Internet Referral Unit
ISIS-K: The Islamic State – Khorasan Province
KTCC: Kurdish Training Coordination Center
OTAN: Organización del Tratado del Atlántico Norte
PDNU: Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas
POOLRE: Pool Reinsurance Company
RAN: Radical Awareness Network
SAPO: Säkerhetspolisen
GRUPO SOUFAN: GS
TESAT: Terrorism Situation and Trend Report
TDP: The Defense Post
TST: The Strait Times
TRIVALENT: Terrorism prevention via radicalisation
UE: Unión Europea
WC: Wilson Center
1. INTRODUCCIÓN
El autodenominado Estado Islámico, el Daesh, se hizo muy conocido por llegar a controlar un territorio del tamaño de Reino Unido (The Strait Times [TST], 2019), por su tentativa de crear un “estado” con estructuras de gobernanza, servicios y gestión de recursos (Bakkour y Stansfield, 2023, p. 126, 127), por el uso de las redes sociales y la propaganda (Tomé, 2015, p. 11), pero, sobre todo, por la ola de atentados terroristas en Occidente, particularmente en Europa, en una escala y dinámica sin precedentes. El ataque a la sala Bataclán en Paris, los atropellamientos masivos en Niza, Berlín, Estocolmo y Barcelona, son ejemplos de la amenaza terrorista que Europa ha vivido en los últimos años.
El razonamiento clásico en términos de medición de una amenaza terrorista, es el de contabilizar los ataques ejecutados. Es comprensible, puesto que los atentados están en el foco de la opinión pública y, además, resultan un indicador mensurable y tangible. No obstante, atender a este factor en exclusiva, resulta en un enfoque incompleto, pues los ataques realizados constituyen una suerte de “punta del iceberg”, es decir, lo que queda una vez que las fuerzas policiales han realizado su labor, evitando y desarticulando conspiraciones terroristas (Nesser, 2021, p. 143).
Hubo dos atentados consumados en el año 2022 en la Unión Europea (UE), según el último informe Terrorism Situation and Trend Report (TESAT) de EUROPOL (2023, p. 24) y, tres en el año 2021. Llevando en consideración lo expuesto en párrafos anteriores, y, teniendo en cuenta que el número de ataques materializados en Europa es relativamente bajo, ¿podríamos concluir que la amenaza terrorista en la Unión Europea (UE) es baja? Esta es la Cuestión Central (CC) a la que se tratará de encontrar respuesta a lo largo de este artículo, analizando el problema del terrorismo yihadista en Europa y, los factores que contribuyen a su combate, así como a su continuidad.
En términos del concepto de amenaza, la misma puede considerarse como el producto de la capacidad de atacar, por la voluntad consciente de hacer daño (Couto, 1980, p. 329). De esta forma, cierta situación es capaz de crear una amenaza, si el agente tiene posibilidades de materializar un daño y, si tiene intención de provocarlo (Escorrega, 2009, p. 6). Consecuentemente, valorar la amenaza en términos de ataques consumados exclusivamente, deja de lado la intencionalidad[1], es decir, la voluntad consciente de querer hacer daño.
Habida cuenta lo expuesto, se analizarán varios indicadores[2] que miden la capacidad de atacar, tales como las diferentes modalidades de atentados, así como la evolución de los ataques complejos (con armas o explosivos) a los más simples o rudimentarios (armas blancas). Se seguirá con el otro factor de la amenaza, la intencionalidad. Observaremos la potencial cantera de personas dispuestas a unirse al ideario yihadista y, aquellas que acaban dando el salto de la radicalización cognitiva a la materialización de la violencia. En el epígrafe de análisis de resultados, comentaremos los mismos con base en los indicadores, y, por último, en las conclusiones, daré respuesta a la Cuestión Central y realizaré comentarios sobre la situación actual en Europa.
2. CAPACIDAD DE ATACAR
Comienzo este epígrafe, destacando la importancia del cambio de paradigma en el terrorismo yihadista. El pionero de este nuevo enfoque, fue el jefe de Al-Qaeda Mustafa Setmarian, que propugnaba una yihad individual con el objetivo de evitar la filtración de planes y la acción policial (Rojas y Carrión, 2017). Se pasaba de un terrorismo en grupo, con mayor probabilidad de ser detectado y, con cierta jerarquía, a uno más fluido, basado en la iniciativa del individuo o de la pequeña célula.
Esta yihad individual, unida a la simplicidad en el planeamiento[3] y la ejecución del terrorismo low-cost, dificulta sobremanera la detección y prevención de este tipo de atentados, como bien apostilla Ramos (2019, p. 166). No hay que olvidar que, el propio Daesh reivindica ataques que han sido dirigidos, facilitados o inspirados por el grupo, bajo la hipótesis de que, un ataque inspirado por el Daesh, es un ataque del Daesh (Osborne, 2018).
De hecho, la probabilidad de detección de una célula terrorista, es directamente proporcional al número de sus miembros (Woo, 2017, p. 6). Por lo tanto, los ataques individuales son los menos probables de detectar. Asimismo, los contactos en internet, la compra de sustancias sospechosas u otras actividades similares, pueden llegar a destapar un complot, posibilitando frustrar el atentado.
Como ejemplo de lo anterior, el ataque frustrado en Colonia por los servicios de seguridad germanos en junio de 2018 que llevó a la detención de un tunecino sospechoso de haber sido inspirado por el Daesh, no sólo revela la importancia de la monitorización de internet para descubrir complots terroristas, sino también constituye la primera vez que un yihadista conseguía producir ricino de manera autónoma siguiendo tutoriales compartidos vía Telegram (Flade, 2018, p. 1,3). Otro caso similar, tuvo lugar en 2017, cuando terroristas del Daesh planearon detonar una bomba en un avión en Australia y, tras dicho intento fallido, planearon un ataque con gas químico en Sidney (BBC, 2019).
2.1. ATAQUES EN LA UNIÓN EUROPEA: LETALIDAD VS MODALIDAD
La figura 1, permite observar de forma nítida cómo, el número de víctimas aumentó drásticamente como consecuencia de los atentados que el Daesh comenzó a perpetrar en Europa a partir de 2014, coincidiendo con la proclamación del Califato. Como afirma Ramos (2020, p. 55), los ataques fueron disminuyendo de forma continua y progresiva conforme el grupo perdía el control de territorio fruto de las acciones militares[4] y, de la presión policial en Europa.
De hecho, la disminución de ataques y el gran número de complots desarticulados por las Fuerzas de Seguridad, muestran la importancia de la cooperación internacional. A este respecto, las medidas legislativas de la UE han resultado determinantes, puesto que han posibilitado evitar el viaje a zona de conflicto, el control de las fronteras, de las armas, de los explosivos y sus precursores, la monitorización de internet, la creación de la Internet Referral Unit (IRU), y, el intercambio de inteligencia -entre otras actividades-, consiguiendo optimizar la respuesta policial contra el yihadismo (Correia y Santamaria, 2021, p. 233). No obstante, los ataques perpetrados a lo largo del período 2014-2023, nunca han estado por debajo de cuatro.
Asimismo, la propaganda yihadista y, en particular, las instrucciones online presentes en la revista Rumiyah del Daesh, han tenido su influencia en la modalidad de ataque escogida por los terroristas. Estas directrices, han sido utilizadas por pequeños grupos o por individuos, “industrializando” el terrorismo (Pool Reinsurance Company [POOLRE], 2017, pp. 4, 5, 24, 25).
Figura 1
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Nota: Elaboración a partir de datos de Igualada y Aguilera (2024, pp. 53-55)
En términos de la modalidad escogida por los terroristas, las armas de fuego, muy presentes en los ataques del año 2015 – atentados de París de enero (Charlie Hebdo) y noviembre (Bataclán) entre otros- han visto reducida su presencia en los atentados, y, a partir de 2018, han sido ataques puntuales[5] en 2019, 2020 y 2023. Del mismo modo, el uso de explosivos, a partir de 2019, es cero.
La dinámica de grupo en la configuración de las células terroristas, fue la mecánica predominante en los años noventa y, durante el comienzo del siglo XXI, sin embargo, en la actualidad, hay una clara tendencia hacia los actores individuales. De hecho, desde el colapso territorial del Daesh, en Europa no se han sufrido atentados yihadistas perpetrados de manera grupal a gran escala (Nesser, 2023, p. 8).
En lo tocante a los medios empleados, la amenaza sobre el uso de explosivos caseros continua alta, como prueba de ello resultan los múltiples atentados sufridos en la UE, sobre todo, aquellos desarticulados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que pretendían el uso de explosivos. La normativa de la Unión en relación con la restricción para acceder a precursores de explosivos, y, a la detección de transacciones sospechosas, ha contribuido de forma notable a la situación actual[6] (Comisión Europea, 2020, p. 15).
En este sentido, las figuras 1 y 2, permiten afirmar que, conforme pasaba el tiempo y el grupo perdía fortaleza, territorio y medios, los atentados cambiaban de modalidad y, el uso de armas y explosivos, daba paso a las herramientas rudimentarias[7], al tiempo que, en consecuencia, bajaba la letalidad.
Figura 2
Evolución de los ataques yihadistas por modalidad, 2014-2023
Nota: Elaboración a partir de datos de Igualada y Aguilera (2024, pp. 53-55)
2.2. ATENTADOS FRUSTRADOS VS ATENTADOS EJECUTADOS
Los datos disponibles indican que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el contexto antiterrorista, han sido razonablemente efectivas al desarticular y neutralizar conspiraciones terroristas que involucran agentes químicos y armas de fuego. No obstante, los análisis también muestran la vulnerabilidad de las sociedades a ataques que pueden llevarse a cabo con otras herramientas, aunque estas no sean “armas” en sentido estricto, como por ejemplo los vehículos (Nesser, 2021, p. 153).
Ramos (2020) destaca el trabajo de las corporaciones policiales, a las cuales se une la efectividad del instrumento militar, que tanto ha contribuido a menguar la capacidad del Daesh en relación con la comisión de atentados en el exterior. De hecho, desde el desmantelamiento de Amn al-Kharji (seguridad externa) en 2017 como consecuencia de la presión militar, la organización se ha mostrado incapaz de articular, orquestar y dirigir ataques del calibre de los perpetrados durante los años 2015-2017 (Hamming, 2023, p. 25).
No obstante, y, como se analizará en el epígrafe de amenaza exterior, en tiempos recientes, The Islamic State – Khorasan Province (ISIS-K) ha supuesto un revulsivo a esta capacidad de atentar internacionalmente mediante ataques complejos y dirigidos, otrora muy disminuida.
En lo tocante a los ataques frustrados y los consumados, cuando se tienen en cuenta los datos de EUROPOL (2019, 2020, 2021, 2022, 2023), al comparar la suma de los ataques frustrados y los fallidos, se comprueba que es –salvo en 2020 por la dinámica de la pandemia - superior al número de ataques realizados (figura 3). Lo expuesto, pone de manifiesto dos extremos: la capacidad de frustrar ataques de las policías europeas y, por otro, la intencionalidad, es decir, a pesar de esta efectividad policial, sigue existiendo voluntad de hacer daño.
Figura 3
Atentados yihadistas consumados, frustrados y fallidos en Europa, 2017-2022
Nota: Elaboración a partir de datos de EUROPOL (2019, 2021, 2022, 2023)
2.3. ATENTADOS POR PAISES: LOS HOTBEDS, LAS REDES YIHADISTAS y la intervención militar contra el daesh
La tabla 1, permite observar cómo, los ataques en la Unión Europa (se incluye al Reino Unido) se han producido en ciertos países, utilizando una serie de modalidades que varían desde los explosivos a las armas blancas, como se ha analizado en el epígrafe 2.1.
Tabla 1
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Nota: Elaboración a partir de datos de Igualada y Aguilera (2024, pp. 53-55)
Se puede afirmar que los ataques han estado concentrados en un total de 12 países de los 27 de la UE y Reino Unido. ¿Existe un motivo para esto? ¿hay alguna razón que explique por qué los ataques se producen en estos países y no en otros?
El concepto de hotbeds del Grupo Soufan, se revela de extrema importancia sobre este particular. Ali Soufan y Daniel Schoenfel (2016, p. 19), explican cómo, en determinadas áreas geográficas (tabla 2) y debido a una serie de factores, los grupos yihadistas tienen éxito en su estrategia de recluta. Es interesante resaltar aquí, que no hay un único camino que lleve a la radicalización (Moccia, 2019, p. 34), sino una amalgama de factores en los niveles macro medio y micro[8], que, al combinarse de diferentes y múltiples formas, pueden conducir al extremismo violento, como cita Marcus Ranstorp (Radical Awareness Network [RAN], 2016, pp. 1-3).
Un claro ejemplo de esto, se puede observar en el número de combatientes extranjeros desplazados al conflicto en Siria e Iraq, que pueden identificarse cómo oriundos principalmente de ciertas regiones: Arabia Saudí, Bélgica, Túnez, Francia, Libia, Rusia y el Reino Unido, de entre otros tantos. Continuando en esta línea de raciocino, dentro de estos países, también hay áreas concretas donde se ubica el flujo, dichas áreas corresponderían a los ya mencionados hotbeds (Magri, 2016, p. 9).
Así, Perliger y Milton (2016) indican cómo las redes de captación yihadista se concentran en áreas específicas con el objetivo de identificar potenciales seguidores entre comunidades de inmigrantes, que a su vez se encuentran bajo condiciones de estrés, económico, social, como de otros tipos. Asimismo, ya anticipan la importancia del contacto personal en el reclutamiento: de 854 individuos que se unieron a las filas de las organizaciones yihadistas, casi el 70% eran originarios de ciudades donde se habían identificado a otros combatientes extranjeros (p. 26).
Tabla 2
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Nota: Perliger y Milton (2016, p. 27)
El Grupo Soufan (2015, pp. 10, 11), afirma que la existencia de estos hotbeds, se debe a la naturaleza personal de la captación. Unirse al Daesh es un acto más emocional que racional, por lo que, la presencia de un allegado o familiar en el proceso de radicalización, acaba determinando el resultado de forma frecuente.
La investigación de García Carola, Reinares y Vicente (2017) identifica los vínculos previos y contactos personales como factores esenciales en la radicalización, confirmando la hipótesis del Grupo Soufan. El estudio de los investigadores acerca de 178 sujetos detenidos entre los años 2013 y 2016 en España, subraya dos factores como de importancia capital para entender su radicalización: (1) Primero, el contacto personal u online con algún agente radicalizador y, (2) Segundo, la existencia previa de vínculos sociales con otros individuos radicalizados. Así, se conseguiría explicar por qué algunos individuos se radicalizan y otros no, y, además, porque esto sucede en determinadas áreas y, no de una forma uniforme a la población musulmana que resulta objeto de reclutamiento (p. 1).
De hecho, a esta teoría del contacto personal, hay que sumar a otros factores, que según Nesser (2019, p. 17), contribuyen a que el nivel de amenaza en ciertos países de Europa continúe alto. Ejemplo de esto lo constituyen Francia y el Reino Unido, dos países con enfoques diametralmente opuestos en lo tocante a la integración: para el primero, la asimilación es lo esencial, para el segundo, la política del multi culturalismo. A pesar de estos enfoques opuestos, los dos tienen los niveles de amenaza más altos de Europa. ¿Qué otros factores influyen? la política de intervención en conflictos armados en países musulmanes (tabla 3) y la dinámica de las redes yihadistas de ámbito doméstico –de ambos países-, redes que crean células de naturaleza internacional para representar al Daesh o a Al-Qaeda.
Tabla 3
Contribución militar de los países en la Coalición Internacional contra el Daesh
Nota: Mello (2022)
La tabla 3, muestra el grado de compromiso y contribución de cada país de la Coalición Internacional en su lucha contra el Daesh. Los países que contribuyeron con tropas y ataques aéreos, son los que han sufrido el mayor número de ataques (tabla 1). Otros países que han colaborado de forma técnica (con entrenamiento), tales como España, Suecia y Finlandia, y Noruega, también han sufrido atentados. Suiza es el único país que no ha contribuido a la Coalición, y, que, sin embargo, ha sufrido ataques, lo que tiene que ver con la presencia de redes yihadistas en su territorio.
¿Y el resto de países de la tabla 1?
De forma general, la contribución por los países a la Coalición Global contra el Daesh, se puede clasificar en tres categorías (Mello, 2022, p. 233):
· En el primer grupo, los que han participado activamente en los ataques aéreos, ya sea mediante el ataque directo (Reino Unido, Francia, Bélgica, Dinamarca y los Países Bajos), o, aquellos que proporcionaron apoyo aéreo o labores de reconocimiento (Alemania, Italia y Polonia).
· El segundo grupo de países lo componen aquellos cuya contribución está dirigida al entrenamiento y formación de las fuerzas locales, mayormente en el Kurdish Training Coordination Center (KTCC) en Erbil, además de en otros locales[9]. Estas misiones de formación eran de pequeña entidad, aunque algunos países desplegaron contingentes significativos (entre 30 y 500), tales como España, Hungría, Finlandia, Suecia, Rumania y Portugal.
· Por último, un tercer grupo de países que no realizaron aportaciones materiales más allá de la logística (sobrevuelos, como Grecia y Chipre), o únicamente expresiones de apoyo político (Austria, Bulgaria, Croacia, Luxemburgo y Eslovaquia).
De lo anterior, se desprende que, Rumania, Portugal, Hungría, Grecia y Chipre, cada uno con una aportación en entrenamiento y logística, no han sufrido ataques consumados en su territorio. Suiza, sin participar en la Coalición contra el Daesh, si los ha tenido, y existe un porqué.
De forma similar a otros países europeos en los 80 y 90, Suiza ha tenido militantes yihadistas –la mayoría del norte de África- que usaban el país helvético como una base logística para recaudar fondos, difundir propaganda o, proporcionar apoyo a las organizaciones yihadistas. Hasta 2001, las redes yihadistas podían, en gran medida, operar en el país con algunos arrestos y deportaciones. El 11 de septiembre cambió el enfoque suizo al terrorismo. En 2009, 2010 y 2011, hubo varios casos unidos al de Al-Qaeda operando desde suelo suizo, ya sea proporcionando apoyo logístico o propaganda (Hofer, 2020, p. 20).
Por lo tanto, además de la aportación militar de cada país, la presencia de redes yihadistas de captación que favorecieron o facilitaron el viaje a zona de conflicto, se hace crucial. En el caso de Francia, se citarán tres casos de redes que habrían facilitado la logística y el desplazamiento a zona de conflicto: (1) ‘Rachid’, ‘Nasser’ and ‘Said’: facilitadores de la yihad en Francia, de 1992 a 1994; (2) Abu Turab” y “Tarek”, que movilizaron a los reclutas a Fallujah: Iraq 2003 a 2004; (3) la guerra de Siria mediante Skype: los facilitadores se mueven a la Web, 2013 a 2014 (Holman, 2016, p. 13).
Por su parte, en Alemania, la red Abu Walaa, fue responsable del ataque al mercado navideño en Berlín en diciembre de 2016, que resultó en la muerte de 12 personas y 56 heridos (Bin Sudiman, 2017, p. 10). Este ataque en suelo alemán, fue el primer atentado con muertes ligado al Daesh en Alemania, cometido por el ciudadano tunecino Arnis Amri, vinculado a la red Abu Walaa (Heil, 2017, pág. 1). Continuando en Alemania, la red Tajik intentaría atacar una base de la OTAN, con responsables del Daesh dirigiendo las actividades de la célula desde Afganistán y Siria (Soliev, 2021).
Reino Unido, se puede citar como el origen de la principal plataforma para el Daesh en Europa, donde creció una red que se extendería por Europa, basada en un movimiento que inicialmente apoyaba a Al-Qaeda y, que movilizó a una generación de yihadistas en los años dos mil. Después de ser prohibida, esta red reapareció con el nombre de Islam4UK, bajo el liderazgo del predicador radical británico paquistaní Anjem Choudary. De hecho, esta red se replicó en Bélgica, Sharia4Belgium, en Holanda, Sharia4Holland, en España, Sharia4Spain, en Dinamarca Sharia4Denmark, Finlandia, Sharia4Finland, Italia, Sharia4Italy, Francia, Sharia4France (Forsane Alizza), Millatu Ibrahim, Alemania, y, Noruega The Prophet’s Umma (Nesser, 2019, p. 18).
Bélgica es prolija en lo tocante a redes de captación, y, según Ostaeyen (2016, p. 7), pueden destacarse aquellas que han estado activas y han conseguido enviar cientos de radicales a los campos de batalla de Irak y Siria: Sharia4Belgium, Resto Tawhid (Jean-Louis Denis) y, la llamada red Zerkani.
En las regiones del norte de Italia, existen comunidades musulmanas de gran tamaño, tales como Lombardia, Veneto o Emilia Romagna, en cuyo seno se encuentran la mayoría de los casos de radicalización, aunque existen individuos y redes en otras regiones del país. Los yihadistas no suelen vivir en áreas metropolitanas, sino en pequeñas ciudades y otras regiones rurales. Algunos de estos radicales provienen de familias aparentemente estables, otros tienen un pasado conflictivo y numerosos antecedentes penales, y otros, se radicalizan a partir de redes yihadistas ya establecidas (Vidino y Marone, 2017, p. 5).
En esta dinámica, Marone (2017, pp. 51-55), señala a cuatro familias que “produjeron” combatientes extranjeros: la familia Sergio-Kobuzi, la familia Brignoli-Koraichi, Bencharki-Moutaharrik y Abderrahmane Khachia, y Pilè-Sagrari.
En Austria, las autoridades lograron relacionar a Kujtim Fejzulai -responsable del ataque de Viena de 2020-, con 21 individuos, y, arrestaron a 12 sujetos. Además, la policía de Alemania, Suiza, Italia y Turquía, arrestó a otras personas vinculadas al terrorista. Una considerable parte de los mismos, compartía la misma etnia, y, sus familias tenían raíces en los Balcanes, especialmente en países[10] de población albanesa (Saal y Lippe, 2021, p. 36).
En el caso del atentando en Barcelona el 17 de agosto de 2017, García Calvo y Reinares (2022, p. 3), exponen cómo un imán -Es Satty- actuó como radicalizador de 10 terroristas (9 de ellos adolescentes y de segunda generación, crecidos o nacidos en Ripol, descendientes de inmigrantes marroquíes), los condujo a la violencia, al tiempo que se revela la importancia de los vínculos[11] de parentesco y amistad en la creación de esta célula yihadista.
La tabla 4, muestra cómo, todos los países en la UE que sufrieron atentados en el período 2014-2023 (incluyendo al Reino Unido), han tenido combatientes extranjeros que fueron a luchar en Irak y Siria. Por lo tanto, los 13 países de la tabla 4, cumplen una o las dos condiciones expuestas por Nesser (2019): (1) han mantenido una política de intervención en conflictos armados contra el Daesh, y/o, (2) mantienen en territorio nacional redes yihadistas de ámbito doméstico y/o internacional, las mismas que pudieron ayudar al desplazamiento de sus combatientes extranjeros.
Tabla 4
Combatientes extranjeros y contribución militar países UE que han sufrido atentados
Nota: Elaboración a partir del Grupo Soufan (2017, pp. 12, 13), Global Coalition (2018), y Mello (2022)
3. INTENCIONALIDAD
En el epígrafe 2, se ha analizado el factor capacidad de atentar, del concepto amenaza, y, en el presente, se estudiará la intencionalidad. La intencionalidad la definíamos como la voluntad consciente de hacer daño (Couto, 1980, p. 329). ¿Quiénes son aquellos individuos que harían daño en virtud de sus creencias extremistas?
3.1. LOS DATOS: DETENCIONES Y SOSPECHOSOS DE RADICALIZACIÓN
Las listas sobre radicales/extremistas que cada Estado miembro de la Unión posee, son de carácter confidencial o secreto. En ellas, los países reflejan la situación de cada individuo, su peligrosidad, la necesidad de monitorización y, en su caso, la solicitud de medidas adicionales.
A pesar de lo anterior, en fuentes abiertas pueden encontrarse algunas referencias[12] a las cifras oficiales de sujetos considerados extremistas, o estimaciones realizadas por investigadores independientes, que permiten inferir un número aproximado sobre el que realizar una valoración de la amenaza terrorista
La movilización que supuso la guerra en Siria en las filas yihadistas, ha contribuido significativamente al aumento de la cantera del extremismo en Europa. Paul y Acheson (2019, como se citó en Ministerio de Interior Federal, s.f), explican cómo, se hacía una estimación sobre la cifra de extremistas yihadistas en Alemania en 2019, considerándola del orden de los 26.560 sujetos, de los cuales, 2.240 serían yihadistas radicales. El número de extremistas ha crecido significativamente en Alemania: 9.700 en 2016, 10.080 en 2017 y, 11.300 en 2018. A esto se le suma una serie de investigaciones en curso, con 1.300 sospechosos vinculados al terrorismo yihadista en suelo germano (p. 46).
En lo tocante a Reino Unido, las estimaciones señalaban hasta 25.000 extremistas yihadistas, de los cuales se consideraba una amenaza grave a 3.000, y, 500 estarían bajo vigilancia permanente. Francia, por su parte, cuenta con 20.000 extremistas que se encuentran en la lista de radicales de febrero de 2018 y, de esos, 4.000 son monitorizados como una amenaza potencial de carácter grave (Nesser, 2019, pp. 19, 20).
Las autoridades suecas, monitorizaban a 2.000 sujetos identificados como amenazas potenciales a la seguridad nacional en 2017. De hecho, el entonces responsable del Servicio de Seguridad Sueco, Klas Friberg, apostillaba que, en 2019, contaban con 3.000 individuos con potencial para perpetrar atentados (Paul y Acheson, 2019, p. 88, como se citó en Servicio de Seguridad Sueco [SAPO], 2017).
En cuanto a personas que han decidido dar el “salto” a la acción, yendo a zona de conflicto como combatientes extranjeros, los números hablan por sí solos (Grupo Soufan [GS], 2017): (1) Más de 42.000 combatientes extranjeros viajaron a unirse al Daesh de más de 120 países, entre 2011 y 2016. (2) De ese número, una estimativa de más de 5.000 serían oriundos de Europa, la mayoría de Bélgica, Alemania y el Reino Unido, pero con cifras significativas en Austria, Dinamarca, Finlandia, Italia, Holanda, Suecia y España.
Resulta de interés, en este punto, traer a colación el razonamiento de Leuprecht et al (2010), cuando argumentan que existe un gran trecho entre creencia y acción. Destacan el contraste entre los informes de seguridad y las pesquisas en Reino Unido, donde, de una población de 1 millón de personas, solo 50.000 aceptarían la justificación de la comisión de ataques terroristas y, solamente 200 habrían sido arrestados por participar de forma activa en actividades terroristas (p. 47).
En este sentido, la figura 4, relativa a los detenidos por yihadismo en el período 2017-2022 en la UE, permite afirmar que, al igual que han ido descendiendo el número de ataques como consecuencia de la presión policial, la monitorización de las redes y el seguimiento, ha descendido el número de detenidos. No obstante, lo que esto indica es que el salto a la acción de los radicales en el mundo de las ideas se ha visto disminuido por la acción policial, no así su intencionalidad.
Figura 4
Detenidos
por yihadismo en la Unión Europea 2017-2022
Nota: Elaboración a partir de EUROPOL (2017, 2022, 2023)
Los ejemplos de fuentes abiertas expuestos -que no contienen las listas confidenciales que cada país posee-, junto con las cifras reales de combatientes extranjeros europeos (tabla 4), y, los detenidos en Europa (figura 4), cuando se observan a través del argumento de Leupechet et al, permiten tener una idea de los millares de extremistas yihadistas que, radicalizados en ideas y potenciales autores de ataques, hay en Europa.
3.2. EL CICLO DEL ODIO
Un terrorista comete un atentado, se produce una reacción extrema contra toda la comunidad musulmana, y, a su vez, esto propicia que elementos vulnerables de la sociedad se vean atraídos por los cantos de sirena yihadistas, que, además, se consideran legitimados, al presentarse cómo víctimas y defensores de su comunidad. Así es la dinámica xenofobia-reclutamiento-ataque que se retroalimenta y de la cual advertía Guo (2015): el ciclo del odio.
Ramos (2020, p. 53) explica esta inteligente estrategia del Daesh: el grupo intenta confrontar a los europeos, creando un clima de recelo y provocando un fuerte sentimiento anti musulmán, polarizando a las sociedades.
Esta dinámica del odio florece en las llamadas “sociedades paralelas”, lugares donde confluyen un conjunto de desventajas sociales y culturales, transformándolos en locales propicios para que florezca la radicalización. Conforme explica Sanz (2018, p. 268), la organización social de una comunidad o grupo, que presenta cierta homogeneidad de inmigrantes y que, desencantados con el país de acogida, no aceptan sus reglas, adoptando un sistema de valores y principios próximos a su entorno étnico-cultural.
La mayor parte de los autores de atentados en Europa han sido nacionales, no obstante, dos de los terroristas de los ataques de Paris en noviembre de 2015, portaban pasaportes sirios. A pesar de uno de los documentos ser falso, las huellas dactilares y las fotos coincidían con las tomadas en octubre de 2015 en un centro de refugiados en Grecia (Funk y Parkes, 2016, p. 1).
¿Para que llevaría un terrorista un pasaporte a una misión suicida? Charlie Winter, reconocido analista en yihadismo, lo expone de la siguiente forma: “¿Por qué un yihadista que de forma expresa rechaza todos los aspectos de ciudadanía moderna portaría un pasaporte a una misión suicida? “a fin de que sea encontrado” (Kingsley, 2015).
Sobre este particular, Funk y Parks (2016, p. 2), apostillan cómo el Daesh podría haber tenido un objetivo político mayor para el uso de rutas de refugiados: provocar reacciones sociales y políticas, más allá de matar occidentales o acabar con blancos estratégicos. Activarían el miedo contra los refugiados de religión musulmana entre los europeos. Si los ataques en Paris los llevaron a cabo refugiados registrados, el objetivo del Daesh ya había sido alcanzado, la mera sospecha ya consiguió provocar división social.
Martín Ramírez (2017) afirma que ningún pueblo es violento, narcotraficante, o criminal, dado que, lo que puedan hacer algunos integristas, criminales o dementes, no puede achacarse a un grupo. Sujetos fundamentalistas, violentos o confusos, los hay en cualquier parte, en todas las sociedades y religiones, fortaleciendo la intolerancia, nutriéndose de la xenofobia y del odio. No se puede afirmar que existe un terrorismo islámico, como tampoco hay un terrorismo cristiano o judío (p. 219).
El derecho penal sostiene que lo importante es la actitud de la persona, es decir, el dolo o imprudencia a la hora de cometer un delito. No importa lo que individuo crea, a donde pertenezca, o que fe profesa. Nadie está exento del escrutinio sobre la comisión de delitos, pues la fiscalización que el Estado ejerce, lo es en pro de la seguridad de todos los ciudadanos.
3.3. LA RADICALIZACIÓN YIHADISTA: CALEIDOSCOPIO DE FACTORES
La investigación cualitativa llevada a cabo sobre los motivos que conducen al extremismo violento, basada principalmente en entrevistas, sugiere dos categorías principales, los factores push y los pull. Primero, los factores push, es decir, las condiciones que conducen a la violencia y el entorno estructural en la cual la misma emerge. Segundo, los factores pull, es decir, las motivaciones individuales y procesos que juegan un papel crucial en la transformación de ideas y agravios que conducen al extremismo violento (Asamblea General Nacional Unidas [AGNU], 2015, p. 7).
Los mecanismos de radicalización son un producto de la interacción de dichos factores, existiendo diferentes velocidades de radicalización. No hay una única causa que conduzca al extremismo, sino un caleidoscopio de elementos y numerosas combinaciones individuales (RAN, 2016, p. 1, 3, 4) que permiten inferir una visión general de las dinámicas sociales y la movilización al terrorismo. De hecho, estos factores se han demostrado útiles para una mejor comprensión del extremismo (Schmid y Tinnes, 2015, p. 37).
Una de los estudios más ambiciosos e integrales sobre el asunto, lo constituye el proyecto TRIVALENT (Terrorism pReventIon Via rAdicaLisation) del 2019, auspiciado por la Comisión Europea. Esta investigación identifica las causas principales del extremismo violento, que se encuentran en el nivel meso – interacción social, retórica radical e identidad de grupo-, en el nivel micro – los agravios políticos, la búsqueda por significado y la privación- y, en el nivel macro- la política exterior- (Moccia, 2019, pp. 3, 24).
El proyecto IMPACT Europa (Innovative Method and Procedure to Assess Counter-violent-radicalisation Techniques in Europe), identifica una serie de factores, tales como la ideología y la interpretación de la religión, así como la exclusión social, como los más significativos reportados por la literatura científica en relación con el terrorismo (Hemert, Berg, Vliet, Roelofs, y Veld, 2014, p. 28).
Si bien son múltiples y diversas las causas, hay una cuestión de naturaleza esencial: la ideología. Es la ideología la que hace posible la supervivencia de los grupos terroristas (Habeck, et al, 2015, pp. 10, 11), en línea con el argumento de Dunford, cuando apostilla que “es el flujo de combatientes extranjeros, junto con la capacidad de movilización de recursos y la ideología, lo que posibilita que las organizaciones terroristas funcionen (The Defense Post [TDP], 2018).
Moghadam (2008) explica cómo el yihadismo se presenta como una suerte de justificación de los extremistas, a través de su ideología: (1) intenta crear una consciencia entre los musulmanes de que su fe se encuentra en declive militar, económico, político, religioso y cultural, en contraposición con la época dorada de sus primeros años de existencia; (2) identifica como fuente de los males de los musulmanes, de su desgracia y humillación, a los cruzados, sionistas y apostadas, una especie de coalición anti musulmana; (3) crea una identidad entre sus seguidores y acólitos, proporcionando un sentido de pertenencia y definición, como parte de una entidad supranacional, la comunidad musulmana; (4) para terminar, proporciona un plan de acción, la yihad, que cambiará la historia y conseguirá la redención que merecen, presentando al martirio como la forma suprema de hacer la yihad (p. 2).
Un leitmotiv popular entre los seguidores del Daesh -que se considera obra del periodista Abdulelah Haider Shaye- ilustra de forma meridiana el papel esencial del ideario yihadista: “El Estado Islámico lo diseñó Sayyid Qutb, fue enseñado por Abdullah Azzam, Osama Bin Laden lo hizo global, Abu Musab al-Zarquwi lo hizo real y, fue implementado por los al-Baghdadis, Abu Omar y Abu Bakr”(Hassan, 2016, p. 19).
El mantra del Daesh de al-Bahgdadi, trazaría un paralelismo histórico entre la ocupación de los cruzados de tierra santa en la antigüedad y, en la actualidad, por sus representantes contemporáneos, con Estados Unidos a la cabeza. Así llegaría la satanización de Occidente, convertido en cruzado (Elorza, 2020, p. 20).
Para justificar la violencia contra los creyentes del Islam, los yihadistas usan Takfir, es decir, etiquetan a otros musulmanes como kafir (no creyentes o apostatas), infieles, lo que legitimiza el uso de la violencia contra ellos (Kadivar, 2020, pp. 1, 3). Este término revela una cuestión importante: el Daesh es enemigo de cristianos, judíos y musulmanes, es decir, de todo aquel que no tenga la visión extremista que el grupo tiene sobre el mundo.
De hecho, los musulmanes han sido los primeros objetivos del Daesh y sus mayores víctimas, en Afganistán, Irak o Siria, año tras año. La tabla 5, muestra que, en el año 2023, la mayoría de los países víctimas son de religión musulmana mayoritaria o exclusiva. Según Igualada y Aguilera (2024), el número de ataques yihadistas a nivel mundial en 2023 fue de 2.304, causando 9.572 víctimas (pp. 17, 32).
La estructura del Daesh central (Irak), otrora centro de la actividad yihadista, a pesar de no estar desmantelada, tiene actualmente limitada la capacidad de llevar acciones de alto impacto, pasando África Occidental a ocupar el epicentro de la violencia yihadista (Igualada y Aguilera, 2024, p. 33).
Tabla 5.
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Nota: Igualada y Aguilera (2024, p. 32)
Como se ha indicado, la radicalización es una combinación de factores push y pull, que, de forma no determinista, puede afectar a los individuos y conducirlos a la radicalización. Dicho esto, no puede olvidarse la importancia en este caleidoscopio de la ideología yihadista, pues en nombre de esta ideología más de 5.000 europeos, según el Grupo Soufan (2017), dejaron sus vidas atrás para unirse al Daesh en Siria e Iraq (p. 11), y, en nombre de esta ideología, se realizan ataques todos los años en Europa y otras partes del mundo.
3.4. LA AMENAZA EXTERIOR: EL ISIS-K
Según el informe[13] que el Inspector General de la Operación Inherent Resolve envía para el Congreso de los Estados Unidos, los líderes seniors en Irak y Siria del Daesh, siguen comprometidos con posibilitar atentados en el exterior. Las filiales del grupo continúan atacando objetivos regionales, y, muy especialmente, el ISIS-K, con base en Afganistán (Storch, Lewis, y Martin, 2024, p. 11).
De hecho, el ISIS-K está experimentando un cambio de un enfoque regional, a uno más global, mediante una doble estrategia (Zelin, 2023):
· ISIS-K ha desarrollado una estructura mediática independiente, a través de su al-Azaim Media Foundation, que produce contenido en árabe, inglés, farsi, pashto y otros idiomas y dialectos, con contenidos que hacen referencia a objetivos extranjeros, desde India, Irán o Paquistán, hasta Israel, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes, China, Europa, Rusia y los Estados Unidos.
· La segunda parte, consiste en el planeamiento y la ejecución de ataques en el exterior, ya sean guiados, dirigidos o inspirados.
Cuando se analiza el ámbito de ataques internacionales en los últimos tiempos, el ISIS-K ha sido prolijo:
· A principios de enero de 2024, el Daesh (ISIS-K), en sus canales de Telegram, reivindicaba el atentado cometido en Irán mediante individuos que se inmolaron con cinturones explosivos, que se cobraba la vida casi un centenar de personas. El atentado tenía lugar durante el memorial del cuarto aniversario en honor al General Qassem Soleimani[14], muerto por la acción de un Dron estadounidense, en la ciudad iraní de Kerman (Hafezi, Elwelly, y Tanios, 2024).
· El 28 de enero de 2024, asaltantes encapuchados atacaban una iglesia católica en Estambul, matando una persona. Poco después, el Daesh (ISIS-K), a través de su agencia de noticias, Amaq News, reivindicaría el atentado. Este ataque llamaba la atención sobre la creciente presencia de la rama afgana del Daesh, el ISIS-K, en Turquía (Shahbazov, 2024).
· El atentado en la sala de conciertos Crocus en Krasnogorsk (Rusia) el 22 de marzo de 2024, que acabó con la vida de 139 personas, seria obra del ISIS-K (Strachota, 2024).
Cada uno de estos ataques, refleja las prioridades ideológicas del grupo: Irán es un Estado Chii[15]; todos los países atacados han estado involucrados en el combate contra el Daesh en Siria o Afganistán y/o en su propio territorio; y, todos son considerados apostatas o enemigos herejes del Califato (Strachota, 2024).
El especialista en terrorismo yihadista, Colin Clarke (2023), señala cómo la Comunidad Internacional no está valorando de forma adecuada la amenaza del ISIS-K, con presencia en casi todas las 34 provincias de Afganistán y, con una fuerza de entre 1.500 y 2.200 hombres. Desde agosto del 2021, el ISIS-K ha cometido más de 400 ataques en suelo afgano. En septiembre de 2022, envió yihadistas suicidas a la embajada rusa en Kabul, atacó la embajada de Paquistán en diciembre, así como el hotel Kabul Longan, muy frecuentado por los empresarios chinos.
Asimismo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de distintos países, han frustrado varios complots para atentar, en India (3), en Irán (4), en Alemania (3), en las Maldivas (1), en Qatar (1) y, en Turquía (3). Además de los detenciones por complots terroristas, las autoridades de distintos países han arrestado a miembros ligados al ISIS-K por ejercer labores de recluta y colecta de fondos en varias ocasiones, lo que incluye a Gran Bretaña (2), India (2), Turquía (1), Paquistán (1), y, los Estados Unidos (2) (Zelin, 2023).
Varias conspiraciones del ISIS-K para atacar bases de la OTAN en Alemania, fueron desarticuladas en abril de 2020 por las fuerzas de seguridad germanas (Soliev, 2021, p. 30). En Irán, se detuvieron a varios individuos en el verano de 2023, en Alemania, en julio, agosto y diciembre del mismo año, en relación con la preparación de un ataque en Colonia. En marzo de 2024, se produjeron varios arrestos relacionados con un complot para ataque una sinagoga en Moscú la víspera del 22 de marzo. En Turquía, desde junio de 2023, se han detenido a más de 692 individuos vinculados al ISIS-K, incluyendo 40 sujetos relacionados con el ataque en Krasnogorsk en marzo de este 2024 (Strachota, 2024).
Francia, ha frustrado varios complots terroristas que tenían como objetivo los juegos olímpicos de Paris de este 2024. En una de dichas conspiraciones, se planeaba atacar durante un partido de futbol de los juegos en la ciudad de Saint-Étienne, y, el autor, estaba en contacto con el ISIS-K (Clarke y Webber, 2024).
Del mismo modo, dos individuos de nacionalidad afgana acusados de preparar un atentado con arma de fuego cerca del Parlamento sueco, fueron detenidos en marzo de este año en Alemania (Stern, Pleitgen, y Nicholls, 2024). De acuerdo con los fiscales alemanes, en el verano de 2023, el ISIS-K habría ordenado al acusado principal “llevar a cabo un ataque en Europa como reacción a las quemas del Corán que estaban sucediendo en Suecia y otros países escandinavos” (DW, 2024).
A pesar de que los ataques en Europa de carácter complejo como los de noviembre de 2015 en Paris, dirigidos y coordinados por el Daesh, prácticamente se habían neutralizado desde que el grupo fue vencido y despojado de todo control territorial en Siria e Irak, parece que el ISIS-K, ha vuelto a poner en el mapa la capacidad de atentar internacionalmente.
Por lo expuesto, el ISIS-K demuestra capacidad de atentar y voluntad de hacerlo, en otras palabras, es una amenaza real y seria para Europa, Occidente, y, para todos aquellos países considerados apostatas según el ideario yihadista del Daesh.
3.5. ANÁLISIS DE RESULTADOS
Habiendo realizado una exposición a lo largo de los diferentes epígrafes sobre las cifras/informaciones referentes a los indicadores correspondientes a cada una de las dos variables que componen el concepto de amenaza (capacidad e intención) que indicamos en la introducción, estamos en condiciones de realizar un análisis de resultados, a través de los datos resumen de la tabla 6, que aglutina las cifras de las tablas 1, 4, 5 y de las figuras 1, 2, 3, 4.
Concordamos con Sampieri et al. (2014), cuando afirman que no se pretende generalizar los resultados de una investigación cualitativa, pues no es esta su finalidad, sino que parte de estos o sus ideas fuerza, puedan aplicarse a otros contextos. Lo único que pretende este investigador, es mostrar su propia perspectiva sobre dónde y cómo pueden encajarse los resultados en el campo de conocimiento del problema analizado (p. 458).
Tabla 6
Resumen de los indicadores del concepto amenaza yihadista
Nota: Elaboración propia, a partir de los datos[16] de Igualada y Aguilera (2024, pág. 32, 53-55), Grupo Soufan (2017, pp. 12, 13), Zelin (2023), DW (2024), Clarke y Webber, (2024), Strachota (2024) y EUROPOL (2017, 2022, 2023)
Comenzamos este estudio cuestionando el nivel de amenaza en la UE, puesto que el número de atentados materializados parecía bajo en los últimos años. A lo largo de nuestro trabajo, hemos podido comprobar que, si bien los ataques en Europa en el período reciente son relativamente pocos, existe intencionalidad tanto en los autores de atentados como en aquellos sujetos radicalizados ideológicamente que pueden dar el salto efectivo a la violencia y, hay millares de ellos. Las cifras sobre ataques yihadistas en el mundo – que en el año 2024 ascendieron a los 2.304-, son una muestra de la fuerza y movilización que es capaz de generar la ideología yihadista a nivel global: produjeron 9.572 víctimas mortales. Se puede acabar con la fuerza militar y territorial del grupo, pero en tanto en cuanto no se acabe con la ideología que es capaz de radicalizar y reclutar seguidores y combatientes, la amenaza seguirá existiendo.
Habrá quien piense que no es un problema europeo lo que ocurre en el extranjero, sin embargo, acaba repercutiendo en Europa: los miles de combatientes extranjeros europeos así lo prueban. Habrá quien piense que, habiendo acabado con el dominio territorial del Daesh, que es lo que permitió la dirección/coordinación de ataques en Europa, el grupo no tiene capacidad de atacar en el extranjero. La presencia del ISIS-K, y sus actividades terroristas en Alemania, Suecia, o Francia, prueban lo contrario. No podemos olvidar los ataques inspirados por el Daesh, aquellos actores solitarios que empuñando un arma blanca o conduciendo un vehículo, pueden matar y matan en nombre de la organización.
El resumen de las cifras de los distintos indicadores de la tabla 6 habla por sí solo, centenas de fallecidos, decenas de ataques frustrados y centenares ejecutados, millares de extremistas y detenidos en la UE, y, millares de ataques y víctimas mortales en el mundo. Por lo expuesto, estamos en condiciones de afirmar que la amenaza yihadista en la UE continua alta.
4. CONCLUSIONES
El análisis realizado para responder a la CC, ¿la amenaza terrorista en Europa es baja?, ha estado centrado en el concepto amenaza, o sea, en el producto de la capacidad de atacar, por la voluntad consciente de hacer daño, por la intencionalidad.
La capacidad de atacar del grupo terrorista Daesh en la UE, ha ido evolucionando desde ataques complejos, en grupo, con armas y/o explosivos, a ataques cometidos por actores individuales, sin dirección o coordinación, inspirados por su ideología y narrativa, cometidos con herramientas rudimentarias, armas blancas o vehículos para atropellos en masa.
La legislación aprobada en el seno de la UE, la cooperación internacional y, la respuesta policial, han permitido desarticular numerosos complots, al tiempo que han hecho más difícil el acceso a las armas de fuego, explosivos u otros medios más letales a los terroristas. Es decir, la capacidad de atentar se ha visto mermada por la acción policial.
En cuanto a la intencionalidad, el número de radicales en el campo de las ideas, con visiones extremistas del mundo y fieles al ideario yihadista, están en el orden de los millares. Los datos referentes a combatientes extranjeros y detenidos, ya indican la proporción de aquellos que han dado el salto a la acción armada, es decir, a ser capaz de materializar la violencia.
Habida cuenta lo anterior, y, a pesar de que la capacidad de atentar está disminuida, la intencionalidad que mueve a las personas a radicalizarse –identificada en el número de ataques, complots frustrados, combatientes extranjeros y extremistas presentes en la UE-, continua alta y, con ello, la amenaza.
De gran interés a efectos académicos, y, prácticos para los gobiernos, es la razón por la cual se han producido atentados en 13 países en Europa (incluyendo la UE y Reino Unido) y, en otros países no los ha habido. La presencia de circunstancias sociales, económicas y de otro tipo sobre poblaciones vulnerables, unido a la presencia de redes yihadistas, que a través del contacto personal han facilitado la radicalización y el viaje a zona de conflicto, lo explican en parte. La acción militar de los países contra el Daesh, mediante la participación en la Coalición Global contra el grupo, puso en el punto de mira de la organización terrorista a dichos Estados. Según el análisis realizado, la presencia de uno de estos dos factores o los dos, ha resultado determinante en la comisión de atentados en dicho país por el Daesh o sus seguidores.
Fuera de la UE, Los ataques a Rusia, Irán y Turquía por el ISIS-K, confirman lo anterior, en línea con las prioridades ideológicas del grupo: Irán es Chií, y, el resto de países atacados, considerados enemigos herejes del Califato, han estado involucrados en el combate contra el Daesh en Siria o Afganistán y/o en su propio territorio.
Por otro lado, la capacidad de atacar de la filial afgana del Daesh, el ISIS-K, que se identifica analizando los ataques consumados en Irán, Turquía o Rusia, así como los complots frustrados en Alemania, Francia, Suecia, India, Maldivas o Qatar, permite afirmar que constituye una amenaza seria y real, no solo para la Unión Europea, sino para todos aquellos países – cristianos, musulmanes o judíos- que se opongan al credo yihadista y sean considerados apostatas por el grupo.
Las posibles causas (factores push y pull) que conducen al yihadismo, y, entre ellas, el ideario terrorista, verifican que ciertos países, que cuentan con redes yihadistas en su territorio, son más susceptibles de ataques que otros. Por tanto, además de trabajar en la neutralización de la capacidad de atentar, hay que trabajar en frustrar el ciclo del odio, en neutralizar la capacidad de reclutamiento y atracción que tiene la ideología. El Daesh no entiende de más fe que la suya, y, se considera el auténtico defensor del Islam, siendo el resto de mundo, ya sean cristianos, judíos o musulmanes, apostatas y enemigos.
El ciclo del odio es poderoso, y, es fácil caer en él. No se debe juzgar a nadie por pertenecer a cierta etnia o religión, sino por su actitud voluntaria para delinquir y hacer daño a los demás. Nadie está por encima de la ley, las personas son juzgadas por sus acciones, no por sus creencias, y, el Estado ejerce sus funciones sobre todos los ciudadanos para garantizar su seguridad.
Por lo tanto, es una lucha entre los que respetan los valores y actitudes que permiten la coexistencia entre personas de diferentes culturas y religiones –incluyendo a musulmanes, cristianos y judíos-, y los yihadistas. El enemigo es el extremista violento, el resto, debe aprender a vivir en paz y a seguir las leyes y principios que posibilitan la convivencia y la seguridad.
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[1] Diferente del daño causado por fuerzas de la naturaleza –temporal, inundación, terremoto...etc-, por accidente o azar. En otras palabras, la amenaza “natural”, se diferencia de la amenaza terrorista por el factor “humano”, precisamente, por la intención de hacer daño.
[2] Véase la tabla 6 del epígrafe 3.5.
[3] Los atentados realizados mediante el empleo de herramientas rudimentarias –como las armas blancas-, no precisan de un planeamiento de detalle, tal como el que implicaría la fabricación y empleo de un artefacto explosivo. Un atropello o acuchillamiento de transeúntes, en una zona pública con gran afluencia de personas, resulta de fácil planeamiento y ejecución, siendo estas modalidades las más usadas por los terroristas. Véase la figura 2.
[4] Acciones militares para acabar con el Daesh en el marco de la Operación Inherent Resolve y, de la Coalición Internacional contra el grupo. Véase, Calvo, J. L. (2016). Respuesta Militar. Estrategias para derrotar al Daesh y la reestabilización regional. Cuaderno de Estrategia 180. Instituto Español de Estudios Estratégicos, 180. http://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_180.pdf
[5] Véase la figura 2.
[6]En la figura 2 se puede apreciar que no hay ataques con explosivos desde el año 2019.
[7] El número de ataques con arma blanca y “otros medios de ataque” en la figura 2, lo pone de manifiesto. En esta última modalidad, se incluyen otras herramientas, tales como arco (flecha) y martillo. En este sentido, el 13 de octubre de 2021, se produjo un atentado en Kongsberg (Noruega), por medio del uso de arco y flecha. El 2 de diciembre de 2023, en París, un ataque con arma blanca y martillo (Igualada y Aguilera, 2024, pp. 53-55).
[8] Según el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PDNU) (2017):
· Los factores en el nivel macro se basan en un contexto socio económico y político que afecta a un gran número de personas, manifestándose en fallos en la gobernanza, en agravios políticos, o, en la marginalización.
· Los factores en el nivel meso son sociales y culturales, basados en la identidad del grupo, en su socialización e influencias – religión, etnia o cultura-. Los estudios en este campo sugieren que el apelo a agravios colectivos o identitarios resultan cruciales a la hora de establecer narrativas de victimización, motivación, legitimidad y al enganche y permanencia en grupos extremistas violentos.
· Los factores a nivel micro están relacionados con las vulnerabilidades a nivel individual y, puede incluir problemas cognitivos, problemas de identidad, sentimientos de alienación, marginalización, discriminación, estigmatización, predisposición a la violencia y, la susceptibilidad a las narrativas a través de las redes sociales o de encuentros personales.
[9][9] Baghdad, Suleimaniya, y Hamman (Global Coalition, 2024).
[10] La diáspora albanesa se encuentra repartida entre Kosovo, Macedonia del Norte, Serbia, Grecia y Montenegro principalmente. Fejzulai pertenecía al grupo terrorista los “Leones de los Balcanes”, una red internacional compuesta por sujetos en al menos, Austria, Alemania, Suiza y los Balcanes Occidentales. De hecho, miembros del grupo fueron detenidos en Macedonia del Norte (Saal y Lippe, 2021, p. 36).
[11] En la célula había, entre otros miembros, cuatro parejas de hermanos, de edades comprendidas entre los 17 y 24 años, nacidos o criados en Ripoll (Rodríguez, 2017).
[12] Dado el carácter sensible de estos datos, las fuentes abiertas proporcionan referencias a estadísticas oficiales, o bien estimaciones a raíz de estudios. Otro problema añadido son las fechas, a veces no se encuentran datos actualizados que permitirían un análisis más acertado.
[13] Cubre el período del 1 de enero al 31 de marzo de 2024.
[14] General de la Fuerza Quds, de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní.
[15] El origen entre chií y sunní, se produce como consecuencia de la ausencia de un sucesor tras la muerte del Profeta Mahoma, en el año 632. La comunidad musulmana, en plena expansión, se encontró con un vacío político, espiritual e institucional, para lidiar con los problemas y administrar el territorio. La sucesión de Mahoma generó una disputa entre los que consideraban que su primo y yerno, Ali Ibn Abi Talib –y descendientes- era el legítimo sucesor y, aquellos que pensaban que había que deliberar la designación del Califa (DerGhoughassian, 2015). Así surgió la división entre los sunní – elección del más digno entre la comunidad- y los chií, que piensan que los legítimos herederos lo son por linaje de sangre. El Daesh es un grupo suní, y, de ahí, la tensión sectaria que surge con los chiís.
[16] Algunos terroristas hicieron uso en el mismo ataque de arma de fuego y arma blanca, o, de arma de fuego y explosivos. Esos datos cuentan en cada una de las modalidades referidas, aunque sea un mismo episodio. En lo tocante al ISIS-K, se cuentan los ataques ejecutados, las conspiraciones frustradas y las actividades de reclutamiento y logística.