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Artículo de Investigación

 

LA GUERRA DE NIXON CONTRA LAS DROGAS Y EL AUGE DE LA VIGILANCIA FRONTERIZA VIRTUAL

EN ESTADOS UNIDOS

Traducción al Español con la ayuda de IA (DeepL)

 

J. Luigi M. Kunz Saponaro

Investigador doctoral en la Universidad Carlos III de Madrid.

Máster en Geopolítica y Estudios Estratégicos.

Máster en Seguridad, Defensa y Geoestrategia.

jkunz@hum.uc3m.es

 

 

 

Recibido 31/03/2025

Aceptado 21/05/2025

Publicado 27/06/2025

 

Cita recomendada: Kunz Saponaro, J. L. M. (2025). La guerra de Nixon contra las drogas y el auge de la vigilancia fronteriza virtual en Estados Unidos. Revista Logos Guardia Civil, 3(2), p.p. 147-170.

Licencia: Este artículo se publica bajo la licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0)

Depósito Legal: M-3619-2023

NIPO en línea: 126-23-019-8

ISSN en línea: 2952-394X

 

 

 

 


 

LA GUERRA DE NIXON CONTRA LAS DROGAS Y EL AUGE DE LA VIGILANCIA FRONTERIZA VIRTUAL EN ESTADOS UNIDOS

 

Sumario: 1. INTRODUCCIÓN. 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA SOBRE FRONTERAS Y VIGILANCIA VIRTUAL. 3. 3. LA TEORÍA DE LA SECURITIZACIÓN COMO MARCO TEÓRICO. 3.1. Título de la subsección tres punto uno. 4. OPERACIONALIZACIÓN Y METODOLOGÍA 5. ANÁLISIS 5.1 . La creación por Nixon de una Cuestión de Seguridad. 5.1.1. La creación de una Guerra Nacional contra las Drogas. 5.1.2. La virtualización de la frontera durante el mandato de Nixon. 5.2. Resultados y efectos aplicados de la securitización de Nixon 6. Conclusión. CONCLUSIÓN. 7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Resumen: Este trabajo investiga la evolución de la frontera entre Estados Unidos y México, que pasó de ser históricamente un límite simbólico para convertirse en una de las fronteras más fortificadas y tecnológicamente avanzadas del mundo. En las últimas décadas se ha observado una transformación significativa en las prácticas de control fronterizo, caracterizada por la integración de mecanismos de vigilancia digital que refuerzan las barreras físicas tradicionales. El estudio que se presenta aborda este fenómeno explorando el nexo entre la Guerra contra las Drogas de Nixon y la digitalización de la frontera entre Estados Unidos y México durante la Administración Nixon (1969–1974). Al conceptualizar la crisis de las drogas como una amenaza existencial, la retórica del presidente Nixon definió las definió como el “enemigo número uno”, iniciando así su Guerra contra las Drogas. Comenzó así un proceso de securitización que permitió asignar recursos extraordinarios para contrarrestar esta nueva amenaza percibida. Mediante el uso de la teoría de la securitización desarrollada por la Escuela de Copenhague, se analiza el papel desempeñado por Nixon al enmarcar la amenaza de seguridad, con el fin de dilucidar cómo su discurso justificó la creación de prácticas de control fronterizo virtual en Estados Unidos. Los hallazgos sugieren que la securitización de la crisis de las drogas proporcionó la base necesaria para adoptar tecnologías innovadoras de vigilancia digital. Esta investigación contribuye al debate académico sobre la digitalización de fronteras y ofrece un marco metodológico para estudios comparativos sobre la evolución virtual de las fronteras nacionales.

Abstract: This paper investigates the evolution of the United States–Mexico border from a historically symbolic boundary into one of the most fortified and technologically advanced frontiers in the world. Initial symbolic physical demarcations placed along the border, served to formalise the division between the two nations. However, recent decades have witnessed a significant transformation in border enforcement practices, characterised by the integration of digital surveillance mechanisms that strengthen traditional physical barriers. This study addresses this phenomenon by exploring the nexus between Nixon’s War on Drugs and the digitalisation of the US–Mexico border during the Nixon Administration (1969–1974). By conceptualising the drug crisis as an existential threat, President Nixon’s rhetoric framed these substances as the “enemy number one” starting his War on Drugs. This shaped a securitisation process that enabled the allocation of extraordinary resources to counter this new perceived menace. By employing the securitisation theory developed by the Copenhagen School, this paper analyses the role played by Nixon in framing the security threat to elucidate how this discourse justified the creation of virtual border control practices in the United States. The findings suggest that the securitisation of the drug crisis provided the necessary political and ideological foundation for adopting innovative digital surveillance technologies, a process that has since transformed border enforcement practices. This inquiry contributes to the academic debate on border digitalisation and offers a methodological framework for comparative studies on the virtual evolution of national boundaries.

Palabras clave: Frontera EE. UU.–México, Vigilancia Digital, Teoría de la Securitización, Guerra contra las Drogas, Administración Nixon

Keywords: US–Mexico Border, Digital Surveillance, Securitisation Theory, War on Drugs, Nixon Administration


 

1. INTRODUCCIÓN

La frontera que separa Estados Unidos (EEUU) de México es una de las más extensas del mundo. Un conjunto de montañas, desiertos y ríos caracterizan los 3.141 kilómetros de orografía que separan ambos países. Las primeras demarcaciones físicas de la frontera se introdujeron con el final de la Guerra México-Estados Unidos de 1847, que dio lugar al Tratado de Guadalupe (véase Trist et al., 2022). Los cambios políticos introducidos por este Tratado se trasladaron al territorio mediante 52 montículos de piedra colocados de costa a costa a lo largo de todo el margen (US Customs and Border Protection, 2019). Mucho ha cambiado desde la separación simbólica que demarca el límite sur de los Estados Unidos (EE.UU.). Hoy se ha convertido en una de las fronteras más fortificadas y tecnológicamente avanzadas que existen.

El aspecto virtual de esta frontera es de especial interés para las prácticas de vigilancia que los países de todo el mundo llevan a cabo para asegurar sus bordes. De hecho, el potencial que tienen los sistemas de vigilancia contemporáneos en términos de control de los bordes nacionales ha sido objeto de numerosos estudios hasta fechas recientes (véase Adams, 2001; Amoore, Marmura, & Salter, 2008; Heyman, 2008). Sin embargo, poco se sabe sobre cuándo y por qué, en concreto, Estados Unidos decidió entrelazar los aspectos físicos y virtuales de sus fronteras para mejorar el control sobre ellas. Se trata de un paréntesis desconcertante, especialmente si se tiene en cuenta la posición de liderazgo de Estados Unidos en cuanto al arsenal digitalizado empleado a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, junto con una consideración más bien escasa de dónde empezó todo.    

Las investigaciones demuestran que existe un vínculo entre la guerra de Vietnam y la implantación por parte de EE.UU. de mecanismos de aplicación de la ley virtuales a lo largo de la frontera entre EE.UU. y México (véase Barkan, 1972; Grandin, 2019; Rosenau, 2001). Sin embargo, no se ha prestado suficiente atención al nexo que une estos dos acontecimientos separados de la historia estadounidense. Para ser más precisos, el nexo en cuestión es la Guerra contra las Drogas de Nixon. Fue al describir las drogas como el enemigo número uno de los Estados y declarar una guerra total contra las drogas en 1971 cuando el Presidente consiguió abrir una ventana para la digitalización de la frontera sur. Al abordar la siguiente pregunta de investigación, este artículo pretende llenar este vacío en la literatura académica: ¿Cómo contribuyó la Guerra contra las Drogas bajo la Administración Nixon a la transición de un control fronterizo físico a lo largo de la frontera sur a mecanismos de aplicación virtuales?

Una herramienta valiosa para encontrar una respuesta a esta pregunta la ofrece la teoría de la titulización. Esta teoría fue impulsada por la Escuela de Copenhague y ofrece un marco teórico que puede utilizarse para identificar patrones en el proceso de securitización de un asunto que otorga recursos extraordinarios para contrarrestarlo. En esta investigación, estos patrones dilucidados por uno de los principales componentes de la Escuela, Wæver (1995), se aplican a los comentarios de Nixon sobre la Guerra contra las Drogas y la posterior inversión en activos digitales para la frontera sur de Estados Unidos.

Este estudio sostiene que el discurso que Nixon enmarcó sobre las drogas como una amenaza nacional permitió a Estados Unidos avanzar en la virtualización de la frontera México-Estados Unidos. El marco temporal objeto de análisis de este trabajo coincide con el mandato de la Administración Nixon, es decir, de 1969 a 1974. Establecer en qué momento exacto y de qué manera Estados Unidos logró iniciar su fortificación fronteriza virtual es valioso para el debate académico. Esto es así porque los resultados de esta investigación pueden utilizarse para comparar el desarrollo tecnológico en los estudios fronterizos de otros países también durante sus fases iniciales de virtualización de fronteras.  

Para desarrollar la investigación con diligencia, este documento se divide en las siguientes secciones. La primera sección da cabida a la revisión bibliográfica sobre los enfoques teóricos más relevantes que se han adoptado para realizar estudios sobre las fronteras virtuales. La segunda sección presenta la teoría de la securitización como el marco teórico adoptado por este estudio para llevar a cabo su análisis. La tercera sección resume la operacionalización y la metodología utilizadas para formalizar esta investigación. La cuarta sección se compone del análisis de este estudio. En esta sección, los principios de la teoría de la titulización se aplican a dos discursos emblemáticos de Nixon. A continuación, se comentan las conclusiones resultantes basándose en el respaldo de fuentes secundarias. La última sección propone una conclusión que resume los hallazgos y consideraciones alcanzados a lo largo del presente estudio.

2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA SOBRE FRONTERAS Y VIGILANCIA VIRTUAL

Hay una serie de teorías que se utilizan para apreciar los diversos fundamentos de las fronteras y sus pautas de transformación. En lo que respecta específicamente a los procesos de virtualización de las fronteras, el alcance de las teorías que se aplican se reduce considerablemente. Para identificar lo que se ha escrito sobre la relación de las fronteras y su digitalización en función de las necesidades políticas, cuatro teorías principales consiguen captar la atención. Esta sección está dedicada a discutir estas distintas contribuciones académicas. Cada una de ellas aporta una visión diferente al tema de investigación del estudio y puede servir para comprender su origen.

Michel Foucault impulsó una perspectiva más filosófica de los estudios sobre la vigilancia. Al revisar la teoría del filósofo francés, Lemke (2015) afirmó que "la obra de Foucault sobre la gubernamentalidad no sólo ofrece importantes perspectivas para un análisis del Estado, sino que también proporciona herramientas analíticas para investigar la relación entre lo liberal y las tecnologías de seguridad" (p. 5). Más concretamente, la teoría foucaultiana de la gubernamentalidad describe cómo los Estados emplean el poder a través de técnicas disciplinarias y de vigilancia en lugar de la fuerza directa (Lemke, 2015). Esta teoría analiza la dimensión extraterritorial del control fronterizo gestionado por actores estatales que puede ir más allá de la demarcación física de su propio país.

Esta idea resulta atractiva para entender la digitalización de las fronteras, ya que puede aplicarse a las prácticas estatales que contrarrestan las amenazas a la seguridad nacional reinterpretando las demarcaciones físicas. La idea que subyace a esta teoría es intentar bloquear riesgos específicos antes de que lleguen a la frontera. Para ser más precisos, las leyes nacionales pueden utilizarse para impulsar cambios gubernamentales que contemplen la informatización de las cuestiones de seguridad que amenazan la seguridad nacional. De este modo, los Estados pueden avanzar hacia un sistema de vigilancia cada vez más virtual, utilizado para controlar y eliminar los peligros antes de que consigan entrar en su territorio (véase Armstrong, 1992; Paden, 1984). Esta corriente de acciones pone de relieve cómo pueden cambiar las fronteras convencionales una vez que las configuraciones virtuales se integran en las prácticas de control fronterizo.

La teoría foucaultiana de la gubernamentalidad, sin embargo, se queda corta cuando se aplica a la investigación de la securitización fronteriza relacionada con las drogas. Aunque la teoría menciona el protagonismo tecnológico en la creación de fronteras, se dirige principalmente a un estudio de la vigilancia y el control en lugar de centrarse en la securitización fronteriza per se. Esta teoría es incapaz de explicar por qué los responsables políticos actúan cuando se enfrentan a acontecimientos imprevistos, como fue el caso de la crisis de la droga de los años sesenta en Estados Unidos.  En esta línea, Kerr (1999) llegó a la conclusión de que la teoría no puede "dar cuenta de los límites cambiantes del gobierno, aparte de señalar el mero hecho de que el gobierno a menudo fracasa debido a resultados no planificados " (p. 196).  Así pues, aunque esta gubernamentalidad foucaultiana ha demostrado ser pionera en la virtualización de las fronteras, no permite dar una respuesta exhaustiva a la pregunta de investigación que orienta el presente estudio.

Otra teoría relevante utilizada para analizar las fronteras inteligentes es el determinismo tecnológico. Esta teoría basa sus fundamentos en la identificación de los avances tecnológicos como impulsos sociales y políticos. En particular, subraya la importancia que tiene la tecnología en la configuración de los cambios políticos. En palabras de Smith (1994) "el poder de la tecnología [es] un agente crucial de cambio [que] ocupa un lugar destacado en la cultura de la modernidad" (p. ix). Según esta teoría, el empuje que hace que se produzcan las novedades no es impulsado por las personas, sino por la propia tecnología. Ésta, a su vez, provoca cambios que primero se presentan en la agenda política y luego son aplicados por los responsables políticos.

De este modo, las transformaciones fronterizas se entienden como el resultado de avances tecnológicos y no de impulsos sociopolíticos. En este sentido, el auge de la vigilancia electrónica junto con el rastreo biométrico y la teledetección hicieron viable en primer lugar la aplicación virtual de la ley. Por lo tanto, vinculando esta perspectiva a la pregunta de investigación de este artículo, las estrategias de represión antidroga evolucionaron como resultado de las posibilidades tecnológicas en lugar de las decisiones políticas. En consecuencia, los políticos estadounidenses se vieron empujados, en lugar de impulsar el cambio tecnológico, a aplicar la represión fronteriza virtual para contrarrestar la entrada de drogas en el país.

Aunque el determinismo tecnológico consigue aportar ideas relevantes sobre el cambio de los regímenes fronterizos, se le ha señalado por simplificar en exceso este proceso. Se discute en gran medida que los miembros sociales y políticos también son capaces de influir en la tecnología en lugar de estar a su merced. Es decir, una comprensión más profunda de la tecnología ha permitido controlarla (Dafoe, 2015, p. 1049; Lynch, 2008). En consecuencia, el aspecto digital de las fronteras no es el resultado del impulso tecnológico, sino que está controlado por los políticos. De ahí que pueda considerarse que la adaptación de la frontera sur de EE.UU. durante el mandato de Nixon adoptó un claro giro tecnológico. Sin embargo, este giro fue controlado por acciones dirigidas por hombres, lo que hace difícil confiar en el determinismo tecnológico para la investigación que propone este documento.

La composición digital de las fronteras también puede entenderse mediante la teoría fronteriza de Nail. Esta teoría ofrece una visión de la frontera que ve una cualidad móvil y dispersa cada vez mayor en las fronteras físicas convencionales. En opinión de Nail (2016), "la frontera no es reducible a la definición clásica de los límites de un Estado soberano" (p. 2). Las fronteras, observó el autor, evolucionan inevitablemente hacia una identidad informacional o digital que afecta a la comprensión social de un país. Esto significa que las fronteras han adoptado una forma virtual, ya que los problemas modernos afectan a la circulación transfronteriza de personas y bienes, a los que se exige respuestas actualizadas. En el caso del tráfico de drogas en Estados Unidos, por ejemplo, los nuevos métodos adoptados por los cárteles exigieron acciones innovadoras por parte del control fronterizo estadounidense para contrarrestar esta tendencia. En los años sesenta y setenta, estas acciones se redujeron a la transformación de las fronteras en espacios de control en red.

La teoría de las fronteras, por tanto, elude la concepción convencional de las fronteras como tales. En lugar de centrarse exclusivamente en su aspecto territorial y físico, como dilucidó Sharma (2023, pp. 163-164), es necesario ampliar esta concepción a los bienes intangibles que componen las fronteras de los Estados. Las implicaciones que plantea esta teoría añaden una nueva dimensión al poder de los gobiernos. Es decir, las fronteras no deben verse como una simple línea , sino como una amplia zona que rodea la demarcación física (Nails, 2016). De hecho, los Estados pueden llegar mucho más allá de sus límites físicos mediante mecanismos de aplicación virtuales con el objetivo de securitizar sus fronteras. Modelos prácticos de ello son las bases de datos de la Patrulla Fronteriza estadounidense y las redes de intercambio de inteligencia que se han utilizado en gran medida para proteger su frontera sur. En la década de 1970, estos sistemas de la Patrulla Fronteriza lideraron ampliaciones que allanaron el camino para las actuales estructuras digitales de aplicación de la ley en las fronteras.

La teoría de las fronteras defiende la idea de que los Estados pueden vigilar los movimientos más allá de sus propias fronteras. Las delimitaciones territoriales, según esta concepción, pierden relevancia para los gobiernos a la hora de tomar medidas relacionadas con la vigilancia de fronteras (Sharma, 2023. P. 164). Aunque siguen representando un aspecto importante de la formulación de políticas fronterizas, los gobiernos tienden a actuar más allá de la delimitación territorial con la idea de interceptar posibles amenazas. Dicho de otro modo, la prevención adquiere tanta relevancia como la disuasión física. Los escollos de esta mentalidad son las intervenciones políticas extraterritoriales que tienen muchas posibilidades de dañar las relaciones internacionales. Esta teoría resulta útil para comprender el cambio general de la conceptualización de la frontera sur de Estados Unidos. Sin embargo, puede utilizarse para estudiar la separación social, aunque carece de un vínculo claro con las cuestiones de seguridad fronteriza.

Para entender las fronteras desde un punto de vista relacionado con la seguridad, hay que tener en cuenta la teoría de la securitización de la escuela de Copenhague. Otukoya (2024, p. 1750) observó que la creación de un problema de seguridad puede ser clave para crear recursos extraordinarios utilizados para proteger a una nación de un peligro imaginario. Esta teoría es útil para comprender cómo se utilizan las características digitales para reforzar el aspecto físico de la frontera. Aquí la atención se centra, entre otras cosas, en los sensores de movimiento, la videovigilancia y cualquier otra característica tecnológica que se utilice para vigilar la frontera territorial con mayor efecto. Por lo tanto, se presenta como el marco teórico adecuado necesario para identificar tales patrones a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos.

Al analizar los inicios de la Guerra contra las Drogas, maniobras como la Operación Intercepción, emprendida en 1969, se justificaron como una acción necesaria para luchar contra el enemigo público número uno de Estados Unidos en aquella época. En esta operación, se empezaron a necesitar nuevas formas de vigilancia electrónica de las fronteras por primera vez en la historia del régimen fronterizo estadounidense. Estas necesidades personifican los pilares fundacionales de la compleja dimensión tecnológica que caracteriza la frontera contemporánea del país. Dada la estrecha relación que guarda esta teoría de la securitización con los objetivos de esta investigación, es preciso profundizar en su composición. En la siguiente sección, se resume la teoría de la titulización. Esto permite encontrar indicadores clave para comprender cómo cambió la securitización de la frontera estadounidense durante la Administración Nixon adoptando un aspecto virtual.

3. LA TEORÍA DE LA TITULIZACIÓN COMO MARCO TEÓRICO

La teoría de la securitización es un marco útil que puede utilizarse para comprender la seguridad fronteriza en Estados Unidos durante la presidencia de Nixon. La función general de esta teoría es explicar cómo las cuestiones llegan a dirigir el proceso de toma de decisiones de un país en asuntos como el control de fronteras. Aplicada al estudio que nos ocupa, esta teoría parece ser de gran ayuda para comprender los mecanismos de control virtuales que EE.UU. ha añadido a su frontera física meridional. Aplicando la teoría de la securitización a este tema, el presente estudio pretende dilucidar el papel que desempeñó el Presidente Nixon al contribuir a la implantación de una frontera virtual. Esta sección está dedicada a señalar los principales principios de la teoría de la securitización para poder aplicarlos formalmente al análisis del documento.

La escuela de Copenhague basó su teoría en cinco pilares principales. Los pilares en cuestión son (1) la securitización como acto de habla, (2) el encuadre elitista de las amenazas, (3) el requisito de aceptación de la audiencia, (4) la identificación del objeto referente, y (5) la reversibilidad y la desecuritización. Todos estos factores combinados pueden utilizarse en el análisis de este documento para descubrir cómo la Guerra contra las Drogas de Estados Unidos contribuyó a la transición del control físico de las fronteras a los mecanismos virtuales de aplicación de la ley. No obstante, antes de entrar en el análisis, se resume y contextualiza cada indicador para aclarar de qué manera se utiliza después aplicado al estudio de caso de la revisión.

Declarar un asunto como amenaza para la seguridad constituye un acto performativo emprendido por un gobierno. Con esta concepción de la seguridad, Ole Wæver -el cerebro de la teoría de la titulización- descubre un acto performativo que los gobiernos asumen cuando indican al público la presencia de un problema relacionado con la seguridad (Wæver, 1995, p. 52). Al dirigir la atención hacia un problema, una élite puede llevar a cabo una actuación que abre una ventana para la adopción de medidas políticas excepcionales destinadas a detener un determinado contratiempo. Es irrelevante si este asunto representa un problema ordinario o una amenaza real para la seguridad nacional. Lo que importa es que el público concede a los representantes del Estado una considerable libertad de acción que legitima sus actuaciones. Es lo que se denomina acto de habla.

Los actos de habla se basan en la creación vertical de confianza entre los funcionarios del Estado y los ciudadanos. El éxito de un acto de habla depende de la medida en que una promesa o una declaración sea aceptada por el público. Los representantes del Estado se aprovechan del sentimiento de confianza que los ciudadanos les otorgan para crear una nueva realidad política cuya existencia depende de la cuestión de la seguridad concebida. Es mediante el empleo de actos de habla como se revela la legitimación para tomar medidas que hagan frente a las amenazas a la seguridad. Esta legitimación, a su vez, permite movilizar el desbloqueo de los recursos estatales creando acciones que van más allá de los procedimientos normales y permiten la formación de medidas extraordinarias (Wæver, 1995, p. 53).

Sin embargo, esta práctica no está exenta de riesgos. Wæver (1995) subraya que es así porque dificulta la distinción entre el acto y el grado real de amenaza al que se enfrenta un país (p. 6). En otras palabras, el Estado puede convertirse en víctima de su propia narrativa al dar demasiada importancia a un asunto que en realidad no supone un peligro real para la seguridad de la nación. Al hacerlo, puede producirse el efecto contrario de comprometer la seguridad del país al centrarse demasiado en un problema inexistente y descuidar sus verdaderas prioridades.

El segundo indicador recuperado en la teoría de la titulización es la práctica de las élites de enmarcar las amenazas. La teoría de la securitización subraya la influencia que tienen los actores clave en la configuración de las acciones políticas. Este proceso lo inician estos pocos elegidos que tienen una influencia significativa dentro de los rangos políticos superiores. Una vez que estos individuos consiguen crear una narrativa de la amenaza, asumen el poder de definir lo que puede definirse como peligros existenciales para la seguridad del país. El resultado es una acción estatal cohesiva destinada a atajar el problema derivado de la creación de esa misma narrativa.

No obstante, la autoridad que ostenta la élite es un arma de doble filo. Por un lado, permite crear una reacción estatal rápida (Wæver, 1995, p. 54). Esto es especialmente positivo, ya que a menudo los Estados están limitados por una burocracia enrevesada que prolonga considerablemente el tiempo de aplicación de las medidas oficiales. Por otro lado, este dominio permite a las élites eludir los procesos democráticos convencionales (Wæver, 1995, p. 54). Esto significa que, al acelerar el normalmente lento proceso de elaboración de políticas, sólo unos pocos seleccionados concentran en sus manos el poder de decisión. La implicación de esta concentración de poder permite a la élite no sólo decidir cómo hacer frente a las amenazas a la seguridad, sino también decidir qué debe considerarse una amenaza y qué no. Así, el encuadre de las cuestiones de seguridad puede vincularse fácilmente a los intereses estratégicos que tienen las élites (Wæver, 1995, p. 54). En otras palabras, las élites pueden decidir si actúan para garantizar la seguridad pública o los intereses personales.

Esto nos lleva al tercer indicador: el requisito de aceptación por parte del público. Los movimientos de securitización, según la escuela de Copenhague, dependen de la aceptación por parte de las audiencias relevantes. Los principales públicos de interés para la élite son la opinión pública, los órganos legislativos o los socios internacionales. Todos ellos -independientemente o no- deben confiar en la veracidad de la narrativa construida sobre la amenaza para crear el impulso necesario para emprender acciones prácticas. Éstas, a su vez, sostenía Wæver (1995, p. 53), permiten encontrar una solución a la amenaza propuesta. Sin la aceptación de la audiencia, incluso las reivindicaciones de seguridad enunciadas de forma más convincente pueden tambalearse. De ahí que la no aceptación de una cuestión de seguridad resulte contraproducente y genere un proceso de desecuritización. El esfuerzo de la élite se desvanecería así a costa de sus intereses estratégicos (Wæver, 1995, pp. 53-54). Por ello, el indicador de exigencia de aceptación de la audiencia se propone como un factor esencial. Es necesario analizar en qué medida la aprobación o el desafío del público a procedimientos inusuales puede autorizar o hacer mella en el alejamiento de las prácticas tradicionales y democráticas.

El cuarto indicador que compone la teoría de la titulización puede identificarse con la identificación del objeto de referencia. El proceso de titulización necesita una especificación clara de lo que está en juego. Lo que está en juego, en este caso, se denomina objeto de referencia. Según Wæver (1995, p. 52), el objeto de referencia suele identificarse con la integridad del Estado, la soberanía o la seguridad de sus ciudadanos. El proceso de definición del objeto de referencia es fundamental para la movilización de recursos. De hecho, una clara delimitación del objeto trazada por los actores securitizadores desbloquea los medios materiales necesarios para defender esa entidad concreta frente a supuestas coacciones existenciales (Wæver, 1995, pp. 52-53). Esta definición clara es fundamental para condonar el uso de acciones excepcionales, ya que determina lo que debe defenderse por todos los medios.

La reversibilidad y la desecuritización encarnan el último indicador de la teoría de la titulización. Según la escuela de Copenhague, la securitización está sujeta a cambios constantes. Una vez que el público comprueba que una amenaza a la seguridad ha dejado de ser existencial, puede revertir las medidas de securitización adoptadas hasta el momento y volver a transformar la cuestión en un debate político normal (Wæver, 1995, p. 55). Esta retracción permite poner en jaque a la élite que enmarcó la cuestión. Esta reversibilidad pone de relieve cómo las respuestas de emergencia temporales pueden ser desmontadas después de haber experimentado una acumulación momentánea. De ahí que Wæver (1995, pp. 54-55) sugiriera que el acto de titulización conlleva riesgos intrínsecos que son inherentes al proceso de titulización. Dicho de otro modo, las medidas de titulización pueden surgir y desvanecerse con facilidad, lo que dificulta la predicción de las futuras medidas que puede adoptar un gobierno en el ámbito de la seguridad.

En general, los principios que conforman la teoría de la titulización propuesta por la escuela de Copenhague son herramientas analíticas valiosas. Éste es concretamente el caso del tema de investigación de este documento. La aplicación de las herramientas analíticas puestas a disposición por esta teoría puede facilitar la comprensión de cómo la Guerra contra las Drogas puede haberse transformado en una cuestión de seguridad utilizada para crear espacio para medidas excepcionales. De hecho, , los principios enumerados en esta sección ayudan a evaluar la transformación de las prácticas delictivas convencionales -como el contrabando y el consumo de drogas- y los problemas de salud en medidas excepcionales adoptadas por los Estados para hacer frente a estas cuestiones. Se produjeron cambios significativos en las políticas gracias a los discursos de las élites que dieron lugar a políticas inéditas que desembocaron en la adopción de mecanismos virtuales de aplicación de la ley para luchar contra el narcotráfico a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos. La siguiente sección expone la operacionalización y la metodología que este documento adopta para llevar a cabo su análisis.


 

4. OPERACIONALIZACIÓN Y METODOLOGÍA

Toshkov (2016, p. 100) describió la operacionalización como la traducción de conceptos abstractos en nociones concretas que pueden observarse, clasificarse y medirse empíricamente. Los principios que componen la teoría de la titulización pueden utilizarse con el mismo propósito. En este trabajo se han operacionalizado cuatro de los cinco conceptos clave para comprender el papel que tuvo la Guerra contra las Drogas a la hora de contribuir a la transición de Estados Unidos hacia las fronteras virtuales. Los cuatro indicadores que componen la teoría y que se utilizan en este documento para analizar el caso de estudio son: (1) la securitización como acto de habla, (2) el encuadre elitista de las amenazas, (3) el requisito de aceptación de la audiencia y (4) la identificación del objeto referente. El último principio señalado en la teoría de la securitización -la reversibilidad y la desecuritización- no es útil para esta investigación. Es decir, este último principio es útil para estudiar la deconstrucción de una medida de seguridad, una parte que este estudio no pretende abarcar. No obstante, esto no compromete la solidez de este trabajo, ya que las pautas que conducen a la titulización permanecen inalteradas.

Los cuatro indicadores permiten profundizar en la dimensión virtual que adquirió la frontera sur de EEUU durante el mandato de Nixon. En consecuencia, se impulsa una reflexión cualitativa crítica sobre el tema de investigación para comprender la importancia que tiene en la actualidad para EEUU potenciar la digitalización a lo largo de su frontera territorial que le separa de México. Los cinco indicadores, por lo tanto, son de fundamental importancia para identificar por qué la crisis de la droga logró personificar un factor clave en los mecanismos de aplicación de la frontera virtual.

También hay que aclarar la metodología de este trabajo. Esta investigación consiste en un único estudio de caso. Más concretamente, analiza la frontera sur de Estados Unidos durante la presidencia de Nixon. Los estudios de caso único permiten dar información precisa sobre un caso concreto para crear conocimientos que luego puedan aplicarse también a casos similares. Es decir, con esta investigación, el modelo de investigación puede utilizarse luego en casos similares para identificar patrones análogos de evolución en el control virtual de fronteras. La decisión de optar por este estudio de caso se basa en el hecho de que EE.UU. se encuentra entre los primeros países que decidieron optar por la digitalización parcial de su frontera. Por lo tanto, la justificación de la selección del caso reside en el interés por añadir nueva información al vacío de investigación académica que existe sobre este tema.

A lo largo del análisis del tema se utilizan diversas fuentes primarias y secundarias. El objetivo de disponer de un amplio abanico de información procedente de diversas fuentes contribuye a consolidar y garantizar la calidad de las conclusiones de esta investigación. Al igual que en las fuentes primarias, se tienen en cuenta las declaraciones políticas, los artículos periodísticos y los discursos públicos. En estas fuentes pueden reconocerse rasgos importantes relativos a la teoría de la titulización. Mientras que las fuentes secundarias utilizadas en este estudio proceden de estudios académicos que se han llevado a cabo sobre el tema de la seguridad fronteriza, la seguridad virtual y la Guerra contra las Drogas. Se trata de una práctica útil que permite situar las conclusiones del estudio en un debate académico más amplio.

El análisis del discurso representa la columna vertebral de este estudio. Se examina la información extraída de dos discursos pronunciados por Nixon en relación con la Guerra contra las Drogas. Basándose en un método cualitativo, la interpretación de las fuentes dadas ayuda a identificar los indicadores presentados en el marco teórico. Los discursos políticos pronunciados por el presidente estadounidense son, por tanto, clave para completar este estudio. Además, aplicando este método de investigación, es posible poner a prueba la teoría empleada en este estudio. En efecto, al aplicar los indicadores propuestos por la teoría de la titulización a los discursos, es posible comprender si realmente existen patrones en los discursos políticos que puedan conducir a la titulización de los riesgos construidos.

El marco temporal de esta investigación se basa en el mandato de la Administración Nixon. Más concretamente, el tiempo considerado abarca desde 1969 hasta 1974. Este reducido marco temporal ayuda a dar espacio a una serie de acciones clave emprendidas por el Presidente de EE.UU. de la época en relación con los mecanismos de control virtual a lo largo de la frontera entre EE.UU. y México.

5. ANÁLISIS

5.1. LA CREACIÓN DE UN PROBLEMA DE SEGURIDAD POR PARTE DE NIXON

La vigilancia de la frontera que separa México de Estados Unidos entre 1969 y 1974 se centró predominantemente en el tráfico ilegal de drogas. La región de Sinaloa, en el noroeste de México, arrancó el cultivo de opio a los inmigrantes chinos en la década de 1910. Desde entonces, el cártel de Sinaloa se enriqueció exportando esta sustancia principalmente a Estados Unidos. Sin embargo, con la generación hippie y el tráfico de marihuana, la importación ilegal de sustancias a EE.UU. se convirtió en un problema para la sociedad (Grillo, 2013, p. 255). El problema de las drogas se convirtió en el tema central en torno al cual el presidente Nixon basó la mayor parte de su actividad política. Más allá de esto, Timmons (2017, p. 15) llamó la atención sobre el hecho de que Richard Nixon se convirtió en el primer presidente que hizo la promesa de cerrar la frontera entre Estados Unidos y México a las drogas ilegales. De hecho, mientras la guerra en Vietnam continuaba, "la Administración Nixon está americanizando silenciosamente la tecnología de la guerra, y la guerra en el frente interno se intensifica" (Barkan 1972, p. 1).

Para profundizar en el papel que desempeñó Nixon en el inicio de esta tendencia, la primera parte del análisis se dedica al análisis del discurso de dos discursos del Presidente en cuestión. Las comunicaciones en cuestión son Remarks About an Intensified Program for Drug Abuse Prevention and Control (Observaciones sobre un programa intensificado de prevención y control del abuso de drogas) y Special Message to the Congress on Drug Abuse Prevention and Control (Mensaje especial al Congreso sobre prevención y control del abuso de drogas). Ambos discursos tuvieron lugar el 17 de junio de 1971. Ambos discursos tuvieron lugar el mismo día y se sucedieron. De hecho, el primero personifica la conferencia de prensa celebrada para explicar lo que mencionó durante su discurso al Congreso. 

Ambos discursos son clave para entender de qué manera se propuso a la audiencia política y pública el encuadre elitista de una amenaza. Mirándolos con detenimiento es posible comprender cómo Nixon consiguió desbloquear recursos extraordinarios para contrarrestar la nueva y construida amenaza existencial de las drogas en EEUU. Ambos discursos se presentan conjuntamente en un documento facilitado por el Departamento de Defensa de EEUU (2017). Tras identificar los puntos más relevantes de ambos, se procede a esclarecer la relevancia que estas singulares medidas han tenido en el proceso de virtualización de la frontera sur de EEUU entre 1969 y 1974.

5.1.1. La creación de una Guerra Nacional contra las Drogas

Al considerar los discursos de Nixon desde el punto de vista de la teoría de la securitización, es necesario buscar un acto performativo. Este acto debe llamar la atención de la audiencia sobre la existencia de un problema relacionado con la seguridad que pone en peligro su bienestar. El Presidente Nixon lo hizo declarando audazmente una guerra total contra las drogas. En la rueda de prensa que ofreció, tras dirigirse al Congreso con un mensaje especial, abrió su comunicación afirmando que "el enemigo público número uno en Estados Unidos es el abuso de drogas" (Departamento de Defensa de Estados Unidos, 2017, p. 1). Una apertura tan rimbombante resultó cautivadora para el público espectador. Ayudó a crear una sensación de miedo entre la población estadounidense que llevaba 15 años en la catastrófica guerra de Vietnam. No es de extrañar que cualquier referencia a amenazas a la seguridad nacional, guerras y enemigos en aquellos años despertara fácilmente sentimientos de paranoia y el deseo de actuar.

Para proponer la nueva amenaza, Nixon tuvo que señalar en qué consistía realmente. Lo hizo afirmando que:

Existen varias grandes categorías de drogas: las de la familia del cannabis, como la marihuana y el hachís; las que se utilizan como sedantes, como los barbitúricos y ciertos tranquilizantes; las que elevan el estado de ánimo y suprimen el apetito, como las anfetaminas; y drogas como el LSD y la mescalina, que suelen denominarse alucinógenos. Por último, están los analgésicos narcóticos, como el opio y sus derivados, la morfina y la codeína. La heroína se fabrica a partir de la morfina". (Departamento de Defensa de EE.UU., 2017, p. 10).

Esto es lo que la teoría de la securitización identifica con la identificación del objeto referente. Al señalar e insistir en quién o qué representa una amenaza, el público puede identificar el problema e impulsar acciones contra él.

Además, representarse a sí mismo como un Presidente prudente ayudó a que el acto performativo resultara más convincente. De ahí que declarara que "Dudo mucho siempre en traer alguna nueva responsabilidad a la Casa Blanca, [...] pero considero que este es un problema tan urgente [...] que había que traerlo" (Departamento de Defensa de EE. UU., 2017, p. 2). Con ello, Nixon intentaba presentarse como el protector y garante de los EE.UU. cuyas acciones estaban guiadas por las necesidades de los ciudadanos estadounidenses y no por intereses personales.

Se crearon una serie de medidas excepcionales para hacer frente a esta amenaza a la seguridad nacional. Nixon afirmó que "es necesario librar una nueva ofensiva total" (Departamento de Defensa de EE.UU., 2017, p. 1), evocando la necesidad de un esfuerzo común para detener un peligro que había logrado penetrar en suelo estadounidense. Estas palabras aclaraban hasta qué punto Estados Unidos estaba comprometido a luchar activamente contra las amenazas a la seguridad relacionadas con las drogas. La aplicación de medidas de tipo bélico, como el despliegue y la creación de departamentos militares y federales para controlar y combatir las rutas de la droga que se dirigen a Estados Unidos, personificaba la base de este nuevo plan de acción.

En este punto, es necesario destacar la aceptación del público del acto discursivo de Nixon. De hecho, es posible afirmar que el público aceptó su discurso adoptado con la Guerra contra las Drogas. Señal de esta aceptación son una serie de acciones propuestas por la Administración y luego ejecutadas con el apoyo general de la mayoría del país. La operación más emblemática que dio inicio a la Guerra contra las Drogas fue la Operación Intercepción lanzada a lo largo de septiembre y octubre de 1969. Esta operación tuvo como resultado el cierre casi completo de la frontera entre México y EEUU.

La Operación Intercepción presentó una debacle debido a la imposibilidad de controlar toda la frontera mediante disposición física. Aunque se desplegaron dos mil agentes de aduanas, no se consiguieron resultados efectivos (véase Reid, 2022). No obstante, el apoyo público y político cedió para nuevas acciones que abrieron la puerta a nuevos tipos de procedimientos. Este fue el caso de la Comprehensive Drug Abuse Prevention and Control Act (CDAPC Act) de 1970, adoptada para reforzar el control estadounidense, entre otras cosas, a lo largo de la frontera sur.

La Operación Interceptación y la Ley CDAPC representan los hitos en los que se basaron sus discursos de 1971. De hecho, estas acciones desencadenaron una serie de procedimientos gubernamentales adicionales para intensificar la Guerra contra las Drogas. Un indicador de cómo el presidente Nixon quería aumentar estos procedimientos destinados a detener esta amenaza a la seguridad es visible en el siguiente pasaje: "Ahora debemos reconocer con franqueza que los procedimientos deliberados encarnados en los esfuerzos actuales para controlar el abuso de drogas no son suficientes en sí mismos. El problema ha adquirido las dimensiones de una emergencia nacional" (Departamento de Defensa de Estados Unidos, 2017, p. 3). Fue así como logró obtener el apoyo bipartidista para hacer frente a esta nueva y aparentemente devastadora amenaza a la seguridad.

Para ser más precisos, las medidas legislativas más importantes adoptadas desde los dos discursos analizados en esta sección fueron: la fundación por Orden Ejecutiva de la Oficina de Acción Especial para la Prevención del Abuso de Drogas en 1971, la ampliación de la Ley de Rehabilitación de Toxicómanos de 1966 en 1971, la organización de la Ley de Asistencia para la Seguridad Internacional de 1971 junto con la Ley de Desarrollo Internacional y Asistencia Humanitaria de 1971, la creación de la Oficina de Aplicación de la Ley contra el Abuso de Drogas en 1972 y la creación de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en 1973.

Es importante subrayar que este tipo de acciones sólo eran posibles con un amplio apoyo político. El Presidente era consciente de este rasgo, ya que a lo largo de su conferencia de prensa se centró repetidamente en el apoyo bipartidista de sus acciones. Se trata de un aspecto importante a la hora de considerar la teoría de la securitización, ya que subraya el poder que la aceptación general otorga a la élite que enmarca la amenaza a la seguridad. Un poder que permite a la élite emprender acciones extraordinarias en poco tiempo, algo que choca con los largos procedimientos burocráticos que en estas situaciones quedan anulados.

Más allá del apoyo político, Nixon consiguió que la sociedad aceptara la amenaza que logró enmarcar. Lo hizo subrayando cómo cualquier miembro de la sociedad estadounidense se veía afectado por la amenaza de las drogas. Al afirmar que "En 1960, se registraron menos de 200 muertes por narcóticos en la ciudad de Nueva York. En 1970, la cifra había aumentado a más de 1.000" (Departamento de Defensa de EE.UU., 2017, p. 2) Nixon logró establecer una relación vertical entre el autor del acto de discurso y su audiencia. El punto que el Presidente de los EE.UU. hizo aquí es que la población media de los EE.UU. estaba cayendo a las drogas. Se trata de un punto convincente con el que la gente pudo identificarse, ya que estaba ocurriendo cerca de ellos. El esfuerzo por convencer a su audiencia ejemplifica otro aspecto fundamental mencionado en la teoría de la securitización. Es decir, desvela cómo los miembros de la élite intentan crear un tema y lograr su reconocimiento entre un público amplio.

Una situación similar se describe en el mismo discurso en el que Nixon intentó pedir una respuesta comunitaria aprovechando los sentimientos individuales. La frase en cuestión es: "Para derrotar a este enemigo, que está causando tanta preocupación, y con razón, a tantas familias estadounidenses, se proporcionará dinero" (Departamento de Defensa de EE. UU., 2017, p. 1). Lo que el presidente estadounidense intentó hacer aquí fue asegurarse el favor definitivo de su audiencia. Es mediante declaraciones como esta como se logra la legitimación y, por tanto, debe considerarse como una parte inherente del proceso de enmarcado de la amenaza en la securitización.

El proceso de legitimación era necesario para emprender acciones en las fronteras de EEUU e incluso más allá. Como él mismo dijo: "Ningún ataque serio a nuestro problema nacional de drogas puede ignorar las implicaciones internacionales de tal esfuerzo, ni el esfuerzo nacional puede tener éxito sin atacar el problema en un plano internacional" y luego "estoy iniciando una escalada mundial en nuestros programas existentes para el control del tráfico de narcóticos" (Departamento de Defensa de EE.UU., 2017, p. 11). Estas acciones estaban dirigidas principalmente a quienes introducían drogas en suelo estadounidense. En palabras del presidente: "detener el tráfico de drogas golpeando a los productores ilegales de drogas [...] y el tráfico de estas drogas más allá de nuestras fronteras" (p. 4). En otras palabras, Nixon enmarcó a los narcotraficantes extranjeros como una amenaza ampliando el alcance de quién era la raíz de la causa que producía la amenaza que ponía en peligro la seguridad de EEUU. Estos fueron aspectos clave que, a partir de entonces, darían forma a las relaciones exteriores del país, especialmente con los estados situados por debajo de su frontera sur.

Los discursos utilizados para este análisis del discurso resultaron útiles para identificar los patrones propuestos por la teoría de la securitización. Al dirigirse al Congreso y a la población estadounidense con discursos posteriores, el presidente Nixon consiguió revigorizar la transformación del problema de las drogas en una cuestión de seguridad persistente. De este modo, los indicadores de la teoría de la securitización ayudaron a trazar la evolución de un problema criminal y de salud pública relativamente convencional a otro que reivindicaba cambios sustanciales en las políticas. Con el objetivo de ampliar el proceso de securitización emprendido por EE.UU. para introducir mecanismos virtuales de aplicación de la ley en su frontera territorial sur entre 1969 y 1974, la siguiente sección examina una serie de fuentes secundarias que se han escrito sobre este tema.

5.1.2. La virtualización de la frontera durante el mandato de Nixon

La primera medida concreta para combatir el contrabando de drogas de México a EE.UU. la tomó el presidente Richard Nixon en 1969 con la Operación Intercepción. Según Grillo (2013), esta operación consistía en registrar "todo vehículo o peatón que cruzara la frontera sur mientras el ejército instalaba unidades móviles de radar entre los puestos" (p. 256). Este plan resultó un fiasco ya que pronto se hizo evidente que llevar a cabo un control terrestre tan exhaustivo era una utopía. El personal en tierra por sí solo simplemente no era capaz de sellar toda la frontera con México. Como observó Ghaffaray (2019), la frontera que separaba Estados Unidos de México era demasiado amplia y su orografía demasiado injustificada para ser cercada en su totalidad. Por esta razón, la Operación Intercepción, que costó 30 millones de dólares, solo duró 17 días.

No obstante, Mendoza (2023) destacó que Nixon se propuso fortificar la frontera mediante una valla virtual, no material, para lograr mejores resultados en la disminución de los flujos de drogas. Es decir, tras notar que el cierre físico de la frontera por sí solo era quijotesco, Nixon invirtió en la estructura de control de la frontera ya existente para mejorar la securitización de la misma tecnológicamente hablando. Además, Koslowski (2019) explicó en que en aquella época el gobierno estadounidense desplegó sensores de movimiento, infrarrojos, sísmicos y magnéticos que eran capaces de detectar tanto el movimiento como el calor desde un rango de 50 a 250 pies. La justificación que Nixon utilizó para legitimar la inversión en mecanismos digitales iba en la línea de proteger la frontera compartida con México: la Guerra contra las Drogas.

La necesidad de Nixon coincidía con los intereses de las empresas de alta tecnología militar de EEUU. El inminente final de la guerra de Vietnam obligó a estas empresas a diversificarse y a empezar a invertir en los sistemas de apoyo al ejército estadounidense. Para ello, tuvieron que convencer al Gobierno estadounidense de que siguiera invirtiendo en diferentes tipos de gasto militar, es decir, en una defensa que debía llevarse a cabo a nivel nacional en lugar de únicamente a nivel internacional. De ahí que, a partir de finales de los años sesenta, varias empresas de investigación y desarrollo contratadas por Estados Unidos para apoyar la intervención militar en Vietnam consiguieran firmar contratos federales.

Sylvania Electronics, por ejemplo, lo consiguió. Más concretamente, vendió en 1970 al gobierno estadounidense sus sensores terrestres utilizados para detectar a distancia movimientos sobre el terreno. Este fue un acontecimiento pionero, ya que simbolizó la primera aplicación de tecnologías virtuales utilizadas para vigilar la frontera sur de Estados Unidos. Grandin (2019) especificó que estos sensores se industrializaron como parte del plan del Secretario de Defensa Robert McNamara para construir una valla material y virtual que separara el norte del sur de Vietnam y se utilizaron para detectar los movimientos de tropas y camiones en la Ruta Ho Chi Minh. La función principal de estos sensores era percibir las actividades sísmicas provocadas por personas o camiones que pasaban cerca de los sensores y movían el suelo (Rosenau, 2001, pp. 11-12). Esta tecnología también era útil para detectar movimientos a través y en las proximidades de la frontera estadounidense; razón por la cual se implantó durante el mandato de Nixon.  

Otro elemento tecnológico utilizado por primera vez durante la guerra de Vietnam y posteriormente en la frontera entre Estados Unidos y México fueron los drones. Estos drones, según Novak (2015), se conocían como RPV (Vehículos Pilotados a Distancia) -mientras que hoy en día se conocen como Vehículos Aéreos No Tripulados (UAV)- y se utilizaban para escanear la zona desde arriba. Al describir la frontera mexicana de 1972, Novak explicó que:

Los aviones sin piloto y teledirigidos QU-22b de la Fuerza Aérea estadounidense -que sobraban en Vietnam gracias a la introducción de drones más sofisticados- han sido devueltos a Estados Unidos, donde [volaron] sobre la frontera para supervisar los sensores y retransmitir datos a los puntos de control centrales (Novak, 2015).

Con la llegada de los drones, se creó un centro de vigilancia que recibía la información recogida por los vehículos aéreos no tripulados. Barkan (1972, p. 1) racionalizó que estos vehículos aéreos no tripulados sobrevolaban tramos remotos de la frontera para retransmitir señales de cientos de sensores terrestres que luego se enviaban al llamado Centro de Vigilancia de Infiltración, donde enormes ordenadores diagnosticaban los datos.

5.2 Resultados y efectos aplicados de la titulización de Nixon

La guerra de Vietnam representa un hito para la securitización virtual de la frontera entre Estados Unidos y México bajo la presidencia de Nixon. De hecho, se produjo un claro cambio en la aplicación de tecnologías bélicas a las fronteras interiores de Estados Unidos, que se tradujo en una virtualización de la frontera. Estas novedades resultaron útiles a la Administración Nixon para alimentar el deseo de emprender la Guerra contra las Drogas. En consecuencia, todo esto vino acompañado de una participación política cada vez más decidida a sellar la frontera ( ), un término que normalmente se utiliza en misiones militares pero que por primera vez se relacionaba con la frontera estadounidense en aquella época (Lee, 2005), ya que uno de los objetivos principales era detener a los narcotraficantes que entraban por la frontera sur de Estados Unidos.

Aunque los sistemas de vigilancia introducidos por la Administración de Nixon no siempre funcionaron -como Barkan (1972, p. 2) señaló implacablemente, "no son capaces de distinguir entre amigos y enemigos"-, es innegable que constituyeron un paso importante en el control fronterizo estadounidense. Esta innovación resultó ser una piedra angular para casi todos los presidentes que le siguieron en lo que respecta a la gestión de la frontera sur de EEUU. El hecho de que una nueva tendencia tan importante se basara en un acto performativo, tal y como lo describe la teoría de la securitización, explica la importancia que tiene la creación de amenazas a la seguridad en la percepción del público a la hora de promover medidas de seguridad.

Tal y como se había debatido décadas después de la Guerra contra las Drogas, en realidad no existía tal cosa como una amenaza de las drogas, o al menos no en la medida en que el presidente Nixon remarcó en un principio. John Ehrlichman, el entonces Asistente del Presidente para Asuntos Internos bajo la presidencia de Nixon, admitió que la Administración mentía con respecto a la amenaza de las drogas para posibilitar movimientos políticos y militares (véase López, 2016). En todo caso, existía un verdadero problema de drogas entre los ejércitos estadounidenses en el extranjero y lejos del territorio estadounidense (véase Vulliamy, 2011).

La adopción de un enfoque de la frontera entre EE.UU. y México basado en la seguridad, tal como se inició bajo el mandato de Nixon, tiene consecuencias relacionadas. Es necesario considerar la literatura sobre el uso de alegorías como medios de polarización. Éstas, de hecho, dilucidan la relación que existe entre la securitización, los actos de habla y la creación de luchas sociales dentro del proceso más amplio de justificación de la vigilancia fronteriza y los poderes de emergencia. Este es el caso de Kruglanski (2007), que se centró en la idea de las metáforas para ilustrar de qué manera el lenguaje es capaz de enmarcar las amenazas determinando el proceso de respuesta política. El discurso de Nixon centrado en el "enemigo número uno" coincide con la metáfora bélica de Kruglanski. Para ser más precisos, las metáforas bélicas de Nixon reflejan las del discurso sobre el terrorismo propuestas por Kruglanski (2007). Esto indica que la securitización de la frontera estadounidense se ha utilizado incluso en épocas más recientes. En ambos casos, la respuesta totalizadora fue posible gracias a la legitimación de medidas de emergencia como la vigilancia fronteriza.

Las desventajas de utilizar un enfoque de este tipo en el proceso de securitización de EE.UU. se encuentran en los efectos polarizadores y radicalizadores que tienen a largo plazo. Por ejemplo, Moyano et al. (2016) criticaron el proceso de securitización de la era Bush (la Guerra contra el Terror) causado por el acto terrorista del 11 de septiembre. En su opinión, la sociedad estadounidense se habría beneficiado más de una narrativa menos polarizadora que evitara las disyunciones sociales que afectan a la división social actual. Lo mismo puede decirse del enfoque de Nixon con respecto a la Guerra contra las Drogas. De hecho, siguiendo esta idea, enmarcar la cuestión como una guerra en lugar de como un desafío humano eclipsó los problemas asociados de salud pública y desarrollo comunitario que aquejaban a Estados Unidos. Hubiera sido aconsejable, por tanto, adaptar la concepción de sus actos discursivos. A la larga, habría sido más rentable optar por una respuesta más holística. Éstas deberían haberse basado en un enfoque multidisciplinar para evitar los contragolpes creados por los procesos de securitización que sólo tienen en cuenta una cuestión.[A1] 

6. DEBATE

Este documento se dedicó a buscar una respuesta a las siguientes preguntas de investigación: ¿Cómo contribuyó la Guerra contra las Drogas bajo la Administración Nixon a la transición de un control fronterizo físico a lo largo de la frontera sur a mecanismos de aplicación de la ley virtuales? Para encontrar una respuesta a esta pregunta, esta investigación hizo uso de los principales principios que componen la teoría de la securitización. Estos principios se utilizaron como indicadores para llevar a cabo un análisis del discurso de dos discursos pronunciados por Nixon en los que declaraba oficialmente su Guerra contra las Drogas. Lo que resultó de este análisis es que el presidente Nixon participó activamente en el encuadre de una amenaza a la seguridad propuesta a su audiencia pública y política como perjudicial para la seguridad nacional de todo el país. Gracias a la aceptación por parte de la audiencia de la narrativa dada, se adoptaron medidas extraordinarias para detener la entrada de drogas en los Estados. Entre estas medidas fue posible identificar la introducción de mecanismos virtuales de represión.

Investigaciones anteriores han señalado la importancia que ha tenido la frontera virtual en la definición de la frontera sur de Estados Unidos. Heyman (2008) destacó cómo los muros y las vallas se ven reforzados por el aspecto virtual que define el lado coercitivo de la política de inmigración estadounidense. Una idea que avanzaron Amoore et al. (2008, pp. 99-100) al enumerar el conjunto de tecnologías utilizadas para ayudar a la Patrulla Fronteriza estadounidense a clasificar mediante algoritmos lo que puede considerarse una amenaza y lo que no. Así pues, su estudio se centraba en el cambio del papel humano en la gestión de las fronteras junto con la capacidad de control de EE.UU. más allá de la frontera física gracias al aspecto virtual de su límite. Otro tipo de investigación realizada sobre la virtualización de la frontera estadounidense estuvo vinculada al desarrollo militar.  Como sugirió Adams (2001), los avances militares en el uso de la tecnología para llevar a cabo la guerra se utilizaron para revigorizar la frontera inteligente que separa EE.UU. de México con el fin de garantizar una supervisión óptima.

Teniendo en cuenta esta investigación existente, se puso de manifiesto una laguna en la bibliografía. Es decir, aunque se ha estudiado la securitización, virtualización y militarización fronteriza a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos, no se ha considerado adecuadamente el inicio de esta transformación. Lo que este documento pretendía era precisamente llenar este vacío. Tras llevar a cabo esta investigación, se hizo evidente que la presidencia de Nixon resultó ser pionera para la historia de la gestión de fronteras en Estados Unidos. [A2] De hecho, fue la primera vez que los Estados implementaron elementos tecnológicos -como sensores en tierra y las primeras versiones de vehículos aéreos no tripulados- para vigilar la frontera entre EE.UU. y México. Al colmar esta laguna presente en el debate académico sobre los orígenes de la frontera inteligente de los Estados, es posible seguir impulsando la investigación y la comparación de las fronteras desde la perspectiva de los estudios de seguridad. Además, al poner a prueba la teoría de la securitización para llevar a cabo con éxito un análisis del discurso emprendido por las élites políticas para enmarcar las necesidades de seguridad, las conclusiones de esta investigación pueden aplicarse también a otros casos. Por ejemplo, sería posible aplicar esta investigación a casos similares como el de la frontera española compartida con Marruecos. La teoría de la securitización utilizada como en el presente estudio podría arrojar luz sobre cómo y cuándo se introdujeron los mecanismos de fronteras virtuales en el régimen fronterizo español.

No obstante, es necesario mencionar también las limitaciones de este trabajo. Aunque la elección de realizar un estudio de caso único era necesaria para ofrecer una descripción precisa del papel de Nixon en el fomento de la virtualización de la frontera entre EE.UU. y México, un estudio comparativo podría haber ofrecido una comprensión global de las fronteras en general. Del mismo modo, la utilización de un método mixto para llevar a cabo este estudio también podría aumentar la validez de las conclusiones . La integración de una perspectiva cuantitativa en el enfoque cualitativo favorecido en esta investigación podría aportar información importante a la hora de localizar qué partes de las fronteras se fortificaron más en relación con el proceso de virtualización.

Las limitaciones de este trabajo representan, no obstante, una oportunidad para estimular nuevas investigaciones sobre este tema. La comparación de las conclusiones de este estudio con otros casos en los que se han producido importantes avances en la virtualización de las fronteras como parte de un proceso de fortificación más general. Las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla, por ejemplo, podrían beneficiarse de este tipo de análisis. Comprender su proceso de fortificación fronteriza a partir de su adhesión al Espacio Schengen aportaría datos significativos sobre cómo ha cambiado la gestión de las fronteras debido a las prácticas fronterizas virtuales. Establecer si el inicio de esta digitalización se complementó con el ejemplo proporcionado anteriormente por EE.UU. podría ayudar a concebir las fronteras de Ceuta y Melilla de una forma más completa. Además, emparejar la teoría de la securitización a estos casos concretos podría desvelar la doble importancia de la narrativa nacional que justifica este cambio en el régimen fronterizo junto con la narrativa implementada por la Unión Europea. De este modo, sería posible analizar la idea de la Fortaleza Europa desde el punto de vista de la securitización virtual.

En general, los intentos de Nixon de contrarrestar el contrabando de drogas a través de la frontera sur de EE.UU. sentaron las bases de décadas de política fronteriza entre EE.UU. y México. La importancia de este cambio en el régimen fronterizo es visible en el actual modus operandi de la Patrulla Fronteriza. Mantener el control de la frontera sur sería prácticamente imposible sin las tecnologías militares estadounidenses utilizadas en Vietnam e introducidas en la frontera nacional bajo Nixon. Al rastrear los orígenes del control fronterizo virtual hasta la Guerra contra las Drogas de Nixon, este estudio revela cómo la política de seguridad puede transformar silenciosamente la arquitectura misma de las fronteras de una nación. [A3] 

 

 

 

 

 

 


 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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